Menuda joya tiene el Barça. Menudo jugador, con tremendo futuro. Y con tremendo presente. Sí, también con tremendo presente. Porque tiene 16 años, y porque a pesar de tener tan pocas primaveras en su DNI ya es titular con Xavi y también tiene en su haber un MVP de LaLiga. Todo gracias a su partidazo ante el Villarreal.

Ante un equipo que dio guerra, muchísima guerra, a los culés. Y eso que parecía que no iba a ser un problema. Pero sí, sí que lo fue. Porque el 0-2 que llevaban los culés en el minuto 15 se convirtió en un 3-2 en el 50.

Para entonces, Lamine ya había dejado claro que la banda derecha del Barça es suya. Que el resto se lo va a tener que trabajar, y mucho, para quitarle el puesto. Suya fue la asistencia en el 0-1 de Gavi, y suyas eran las jugadas que más peligro llevaban en el ataque de los culés.

Era un puñal. Vertical. Con personalidad. Con descaro. Sin presión alguna en su fútbol. Divirtiéndose, y divirtiendo. Cerca estuvo de celebrar su primer gol con un remate que se fue a la madera.

También ahí se fue el disparo que concluyó con el tanto de Lewandowski. Otro jugadón, con disparo final que repelió como pudo el arquero del Villarreal y que acabó en las botas del polaco.

Celebró con rabia el gol, sabedor eso sí de que mucho más de la mitad del tanto fue gracias al jugador de 16 años.

Tremenda joya sin duda la que tiene Xavi en su plantilla. En su segunda titularidad, MVP y una actuación que hace soñar a una hinchada que quiere un nuevo ídolo al que admirar.