El Atlético es un muro. Desde que Diego Simeone está en el banquillo rojiblanco, la idea es clara: construir el equipo desde atrás y aprovechar las que se tengan arriba. Lo segundo, con Luis Suárez, Joao Félix y compañía, están haciéndolo. Lo primero, estaba claro que así sería. La prueba, Jan Oblak ha encajado solo dos goles en seis partidos.

Dos goles en un total de 540 minutos jugados en LaLiga. Y es que el esloveno, seguro de vida, tiene muy buenos amigos delante de él. Especial mención para un Savic excelso que está, posiblemente, en su mejor temporada desde que llegó al Atlético. Pero no, no es el único.

Porque todos están trabajando como Simeone quiere. Como el Cholo pide y exige. Y eso da sus frutos. Los da en forma de ver que, en goles encajados, tan solo llevan dos en contra. Solo ha habido dos jugadores que han logrado batir a Oblak y ninguno penalizó en absolutamente nada al Atlético.

Budimir, con Osasuna en El Sadar, marcó al esloveno en el minuto 80. Fue gracias a un cabezazo, sutil cabezazo, en el que impuso su poder aéreo ante el propio Savic. Cercano fue su remate, que acabó entrando en las mallas de Oblak.

Ese fue el segundo gol encajado por él. Para recordar el primero hay que irse a la jornada 1, cuando Jorge Molina marcó el gol del honor en la goleada por 6-1 del Atlético, con doblete de Luis Suárez y con exhibición de Joao Félix.

Eso fue en el 87', lo que deja la imbatibilidad de Jan Oblak en un total de 443 minutos. Eso es lo que ha estado, en LaLiga, el esloveno sin recoger el cuero de dentro de su portería.

Buenos números sin duda los que lleva un Atlético que, en esta ocasión, también las está enchufando. En 6 partidos, suman 13 goles e igualan así los anotados por el Real Madrid en siete envites. Precisamente tienen a los blancos a dos puntos... teniendo aún un encuentro por jugar para igualar los disputados por los de Zidane.

Te puede interesar

Saúl y Oblak alucinan con Joao Félix: "Es un cabr**, cuando quiere..."

La crítica más feroz de Thomas Müller al Atlético de Madrid... ¡en palabras al árbitro!