En el último día antes del comienzo del Mundial 2022 en Qatar, Gianni Infantino, presidente de la FIFA, ha salido a defender al país local de todas las críticas que han recibido durante años, especialmente estos últimos meses.
El suizo comenzó su intervención en Doha ante los periodistas con un tono tranquilo y dejó claro desde su inicio que las críticas hacia Qatar son injustas: "Hoy me siento qatarí, árabe, africano, gay, discapacitado y trabajador migrante. Me siento como ellos y sé lo que es sufrir acoso de pequeño. Era pelirrojo y sufrí bulling. Si leyera la prensa estaría deprimido. Soy hijo de trabajadores migrantes en condiciones muy complicadas en Suiza, cómo vivían y los derechos que tenían. Suiza se ha convertido en un ejemplo de tolerancia. Y Qatar ha progresado y hablaremos de ello, como también espero que hablemos de fútbol si no están cansados. La FIFA está orgullosa de estar aquí. Me cansa leer comentarios sobre gente y decisiones de hace doce años. Va a ser el mejor Mundial".
El siguiente tema que trató Infantino fue sobre los trabajadores y las acusaciones de las pésimas condiciones en las que trabajan: "Lo triste es que en las últimas semanas hemos sido testigos de una doble moral. Los europeos nos dan muchas lecciones. Soy europeo y deberíamos pedir perdón. Vine hace seis años y hablé con los trabajadores. ¿Cuántas empresas europeas ganan dinero aquí o en otros países de la zona y se han preocupado de los trabajadores? Ninguna. Nosotros sí. Aquí defiendo el fútbol y las injusticias. La FIFA se preocupa y Qatar también".
"Hay miles de trabajadores migrantes que mueren y nadie se acuerda de ello. Qatar ha ofrecido a muchos migrantes ganar diez veces más que en su país. En Europa no lo permitimos. Si a Europa les importara el destino de estos migrantes, crearía rutas para que algunos llegaran a Europa. No podemos hacer la vista gorda a cosas que no funcionan en Qatar, pero la moral unidireccional es simple hipocresía", prosiguió.
También exculpó a la FIFA del asunto: "Existe un marco jurídico para tratar la indemnización de los trabajadores. La FIFA no puede poner normas ni aquí, ni en el Reino Unido. Hay un fondo que ha desembolsado 350 millones de dólares en los últimos cuatro años a los trabajadores. Tenemos un fondo delegado que será un porcentaje de los ingresos de la Copa del Mundo. Es la primera vez que sucede algo así".
El jefe de comunicación de la FIFA, Bryan Swanson, anunció que era homosexual en la misma rueda de prensa, por lo que el trato al colectivo LGTB también mereció la intervención de Infantino: "He hablado con los dirigentes y se da la bienvenida a todo el mundo. La opinión de uno o dos no es la de un país. ¿Nos quedamos en casa y criticamos a los árabes porque no permiten a los gay en público? No, hay que pasar por un proceso. Las puertas se están empezando a abrir. Pido que intentemos unir, no es una guerra. La ciudad es preciosa y la gente está feliz".
Sobre los 'fake fans', estos aficionados que animan a países que no son los suyos y que han recibido acusaciones que han sido pagados por ello, Infantino fue tajante: "¿Falsos hinchas? ¿Es que acaso un indio no puede ayudar a Alemania? Esto es puro racismo. Hay que pararlo. La tolerancia empieza por nosotros".
Además, Qatar ha prohibido la cerveza durante el Mundial y el presidente de la FIFA ha aclarado el por qué de la decisión: "Todas las decisiones que se toman se adoptan de forma conjunta por la FIFA y la organización. Hay muchos puntos donde se podrá beber alcohol. Creo que se puede pasar tres horas sin beber cerveza, pero al ser un país árabe es un problemón. En Francia, España y algún país más ya pasa lo mismo. Ojalá todos los problemas del Mundial sea el de la cerveza".
Infantino también defendió que, pese a las críticas, la economía no se ha visto resentida: "Hemos vendido los derechos audiovisuales por 200 millones más que en Rusia. En entradas la cifra es muy parecida. Qatar supondrá cerca de 700 millones de euros respecto al último Mundial. El mundo cree en la FIFA y en lo que hemos hecho por limpiarla".
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Para finalizar, el presidente de la FIFA quiso recordar que debe primar el fútbol por encima de todo: "Dejen que la gente disfrute del Mundial. Si quieren, me pueden crucificar, pero dejen al fútbol. Intentamos unir, no crear conflictos. Celebremos el Mundial y espero que la gente pueda reír. Los gays son bienvenidos en Qatar. No somos la ONU, pero tenemos la pelota. Mujeres en Irán, trabajadores... si están un poco mejor, asumo las críticas".