El Athletic Club de Bilbao se impuso por 1-2 al Levante en el Ciutat de Valencia en un partido en el que los vizcaínos se llevaron, quizá, demasiado premio ante un rival que fue de menos a más pero que no pudo sumar ni un punto que, por juego, pudo merecer en el segundo tiempo. Si bien en los primeros 45 minutos el Athletic fue mejor en líneas generales, en el segundo tiempo se vio superado por un Levante al que le faltó puntería arriba para plasmar su superioridad en este acto.
El Athletic salió con ganas de mandar en el juego y fruto de ello, en la primera incursión seria en el área del Levante, llegó el penalti que adelantó en el marcador al equipo de José Ángel Ziganda a los cinco minutos de partido. Un error en el despeje de Postigo en el despeje fue aprovechado por Raúl García para poner un balón en el área y Toño cometí falta sobre De Marcos. Aduriz no falló desde los once metros pese a que Oier adivinó el lado por el que fue el lanzamiento.
El partido se le puso muy pronto de cara al Athletic. El Levante dio un paso adelante en busca de equilibrar el marcador, se acercó a la meta de Kepa pero a su vez dejó más espacios que fueron aprovechados pero el conjunto vasco para crear peligro en la meta local. Así, el partido no tenía dueño si bien en esta situación se manejaba mejor el cuadro visitante ante un rival que con el paso de los minutos de este primer periodo le afloraron los nervios que se tradujeron en pérdidas de balón y fallos en defensa.
Superada la fase de inseguridad, el Levante se fue en busca de la igualada pero sin encontrar la forma de superar la defensa de los leones y tan solo un lanzamiento de Bardhi desde fuera del área inquietó realmente a Kepa. Precisamente el meta del conjunto bilbaíno se convirtió en protagonista a falta de cuatro minutos para el descanso al sacar una gran mano a un cabezazo a bocajarro de Boateng, que había salido minutos antes en sustitución de Hacen.
En el segundo tiempo el Levante arrancó con la misma intensidad con la que cerró el primero. Se hizo con la posesión del balón y merodeó el área de Kepa, que contó con la efectividad de su defensa para minimizar las aproximaciones locales. La insistencia y el dominio del Levante tuvo su premio y Laporte, en su intento de despejar un centro de Ivi, envió el balón al fondo de la red.
El gol cambió totalmente el partido y en la siguiente jugada de ataque del Athletic pudo adelantarse de nuevo el conjunto de Zigana pero el fuerte disparo de Mikel Rico se encontró con el poste. Pero el Athletic encontró su objetivo con otro gol en propia puerta, en esta ocasión en la meta levantinista después de que Postigo, en su intento de despeje marcase en propia puerta.
En la recta final del choque el Levante buscó nivelar de nuevo el marcador, pero sin éxito, en parte por su falta de tino en las inmediaciones del área visitante y también por el intenso trabajo defensivo del Athletic.