El Newcastle United - Tottenham se paró unos minutos por una grave urgencia médica en las gradas. Según cuenta 'Sky Sports', un aficionado necesitó de asistencia en las gradas de St. James Park en una situación en la que los jugadores fueron clave.
Porque fueron ellos los que actuaron con premura para que todos hicieran lo que debían hacer. Sergio Reguilón, del Tottenham, llamó la atención del árbitro, y Eric Dier hizo lo propio con uno de los médicos del club, que corrió con un desfibrilador hacia la zona de la grada del campo del Newcastle.
El árbitro, hasta que la situación se resolvió y se estabilizó al aficionado, mandó a los jugadores a los vestuarios.
Tras esto, el partido siguió su curso en St. James Park. A pesar del gol inicial del Newcastle, el Tottenham remontó.
Tienen trabajo los jeques de las urracas, que siguen metidos en el pozo de la Premier League.