Rumasa se convirtió en un imperio que parecía imparable. Bancos, hoteles, tiendas... Más de 700 empresas que, en 1983, el Gobierno intervenía, como reconoció el propio Miguel Boyer, entonces ministro de Economía, "expropiando los bancos y sociedades de Rumasa".
Había rumores de enormes pérdidas, pero Ruiz Mateos se negaba a mostrar las cuentas. Puede que por la rabia que le manaba de dentro —y de las ganas que tenía de que sus reivindicaciones no cayeran en el olvido— o simplemente porque le habían pillado. De ahí que entonase su archiconocido "¡que te pego, leche!".
Rumasa se convirtió en un imperio que parecía imparable
Ante el riesgo de la caída de esos bancos, el Gobierno actuaba. Rumasa fue vendida por partes y, años más tarde, la familia levantaba Nueva Rumasa. Por ella, los Ruiz Mateos acabarían de nuevo en el banquillo.
Banca Catalana
A principios de los 80 también se interviene Banca Catalana. El periodista Miguel Ángel Noceda, autor de Fiascos S.A., el libro en el que se plasma su investigación en torno a catorce casos como los que están leyendo en este texto, reconoce que "el Gobierno y el Banco de España buscaron la solución mediante la compra del Banco de Bizkaia". Jordi Puyol creyó que era una operación contra él y no tuvo reparos en espetar delante de las cámaras que "el Gobierno central había hecho una jugada indigna".
Usaban créditos falsos, inflaban las cuentas y repartían dividendos a sus accionistas pese a tener pérdidas
La entidad nació con el objetivo de dotar a Cataluña de una gran banca. Pero su situación acabó siendo insostenible. Usaban créditos falsos, inflaban las cuentas y repartían dividendos a sus accionistas pese a tener pérdidas escondidas en una caja B con la que, al parecer, pagaban sobresueldos. El agujero llegó a ser de 800 millones de euros (139.000 millones de pesetas). No importa la época, tampoco el sector. En España, es un patrón.
Noceda señala que "los fiascos que cuenta en este libro son grandes fiascos, pero si te pones a mirar a nivel local, comarcal o regional, todo el mundo encontrará fiascos empresariales".
Terra y las punto.com
Avanzamos hasta finales de los años 90. Con el boom de internet, se crea Terra. El empresario y exdirector ejecutivo de Telefónica, Juan Villalonga, llegó a decir que aquel portal de internet era una "referencia mundial en su sector". A Terra empezaron a acceder millones y millones de usuarios. La empresa salió a bolsa y sus acciones se dispararon. En un solo un día, un 213%.
Con el boom de internet, se crea Terra, pero la burbuja tecnológica estalló rápido y Terra se desplomó
Pero la burbuja tecnológica estalló rápido y Terra se desplomó. Un fracaso del punto.com al que también se sumó GOWEX. Ofrecía WiFi gratuito. Era la empresa estrella del momento. Anunció contratos millonarios y sus acciones se dispararon en 4 años un 2.700%. Hasta que en 2014 se descubre que es una empresa vacía y su fundador lo reconoce: pidió perdón. Llegados a este puntos no podemos no preguntarnos: ¿qué une a todas estas empresas?
Codicia y ambición
Noceda nos aporta luz en todo este jaleo de empresas que parece que están hechas de oro pero que al final están podridas por dentro: "Vieron facilidad de hacer dinero fácil en la gestión de sus empresas, de enriquecerse personalmente. No tuvieron en cuenta que la empresa se precipitaba al abismo".
"Vieron facilidad de hacer dinero fácil en la gestión de sus empresas, de enriquecerse personalmente"
Un abismo al que también se precipitaron Bankia, Pescanova o Abengoa. Más de 14 fracasos empresariales recogidos en este libro y que, por desgracia, forman parte de la historia económica de nuestro país.
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