Cuarenta y cinco minutos bastaron para disipar dudas. Los 45 segundos eso sí, porque el Atlético tuvo no pocos problemas en el primer acto ante la Real Sociedad. Los rojiblancos, que venían de caer por 4-0 ante el Borussia Dortmund, bordaron su mejor fútbol tras el descanso para derrotar por 2-0 a los donostiarras y ser, a la espera de lo que suceda en la jornada del domingo, líderes de LaLiga.

No era ni mucho menos una noche fácil en el Metropolitano. El equipo, que empató ante el Villarreal y se estrelló en Alemania, está en duda siempre más que por los resultados por el fútbol exhibido. Incluso algunos futbolistas, vacas sagradas de la edad dorada de Simeone, estaban cuestionados. Cualquier fallo, cualquier eventualidad no esperada ante la Real Sociedad, podía llevar el nerviosismo tanto a los futbolistas como a la grada.

Y eso que se podían poner líderes, cosa que finalmente sucedió. Y eso que delante estaba la Real, un equipo que es, de momento, el que más puntos ha sumado como visitante en la presente Liga. Igualdad hubo en el primer tiempo. Quizá porque ambos se anularon o quizá por el miedo a fallar del Atlético tras el 4-0 de Dortmund. No se animaban los rojiblancos, más pendientes de no cometer errores que de acertar por haber arriesgado.

De hecho, apenas hubo ocasiones y a pesar de que el Atlético dominaba fue la Real quien pudo marcar por medio de Rubén Pardo. Era un partido de no cometer errores, pero los vascos cometieron uno. Fue casi en el descanso, cuando Correa, por fuerza, sirvió al corazón del área un cuero que le cayó a Godín tras un fallido despeje. El uruguayo, uno de los cuestionados, puso el balón dentro.

Se señaló el escudo con rabia, y no es para menos tras estar en boca de todos en este comienzo de curso. Lo cierto es que su definición fue impecable, al igual que su trabajo en defensa. Y lo mismo puede decirse de Filipe Luis, que saltó al verde para suplir a Lucas en el descanso. El brasileño estuvo intenso y activo, y se sacó un derechazo bestial para poner el segundo en el luminoso tras el paso por vestuarios.

Le sentó de maravilla el gol del charrúa al Atlético para quitarse las cadenas del nerviosismo, porque cuando volvieron todos al césped no dieron ni una sola opción a la Real Sociedad de hacer absolutamente nada peligroso. Su fútbol, el del Atleti de Simeone, fue de sobresaliente. Cerrando cualquier espacio, llegando siempre antes que el rival a todo balón dividido. Y un Rodrigo en mediocampo seguro en todo momento y transmitiendo esa misma seguridad a Koke y a Saúl, sus compañeros en la medular junto con un excelso Correa.

El único 'pero', la sequía de Griezmann y de Diego Costa. El primero fue el '10' del equipo, y el segundo lo intentó teniendo una ocasión clara que recordó al mejor 19. Con fuerza, pegado a su marcador y sentándole con un recorte en seco. Su disparo lo despejó Moyá, pero las sensaciones que transmitió fueron positivas aun siguiendo a cero.

Así pues, el Atlético suma tres merecidos puntos ante una Real que ha sumado 10 de 18 puntos a domicilio. Los rojiblancos duermen en el liderato, y el batacado de Dortmund parece lejano después del 2-0 contra los vascos. El fútbol es así, importa el presente y lo que ha pasado se olvida tanto si es bueno como si no.