El Iberostar Tenerife logró el primer billete para las semifinales de la Copa del Rey de baloncesto tras tumbar, a base de solidez defensiva y dominio del rebote, a un gris Unicaja que se mostró inferior de principio a fin y volvió a tropezar en el torneo a las primeras de cambio (88-78).

La tercera mejor defensa de la Liga frenó de nuevo, un mes después de su triunfo liguero en el Martín Carpena, a un Unicaja que se presentaba en el WiZink Center como el tercer mejor ataque de la ACB y que no encontró las vías para atacar a un rival que logró su segunda clasificación consecutiva para semifinales.

Para ello, los isleños se basaron en el buen trabajo de todos sus hombres, aunque destacaron especialmente Colton Iverson, que dominó bajo aros con 19 puntos, cinco rebotes y 24 de valoración, Ferrán Bassas, que aportó 16 puntos, y Javier Beirán y Tim Abromaitis, quienes también completaron una gran actuación.

Como se preveía, la igualdad fue la nota dominante en el arranque del partido inaugural de la Copa, con el Unicaja tomando las primeras ventajas gracias al acierto de Dragan Milosavljevic y Briant Robert, que se repartieron los diez primeros puntos de su equipo antes de que Jaime Fernández tomase el relevo anotador con varias acciones de mérito.

Enfrente, el Iberostar tardó poco en responder, gracias a la velocidad que imprimía a sus ataques Rodrigo San Miguel, a los nueve puntos de un inspirado Abromaitis y, sobre todo, al aplastante dominio en el rebote en ambas zonas, que le permitía segundas y terceras oportunidades bajo el aro malagueño.

El primer cuarto se cerró con 25-20 favorable a un equipo canario más metido en la pelea y que sumaba a esas alturas diez capturas -cuatro de ellas ofensivas- frente a las cuatro de su rival.

El inicio del segundo acto se convirtió en un intercambio de triples que favoreció a los hombres de Txus Vidorreta, cuyas rentas empezaban a ser cada vez más cómodas, cercanas ya a la decena de puntos.

El partido entró en una fase de poca brillantez y desacierto por ambas partes, especialmente en un Unicaja que andaba falto de ideas en sus acometidas y cuyos tiradores no tenían su mejor día.

Eso lo aprovechó el Iberostar, que manejaba mejor el balón, dominaba bajo aros gracias al poderío de Iverson y fue capaz de ponerse diez arriba tras un triple de Abromaitis a 3.20 del descanso.

Los andaluces se mantenían a duras penas en la eliminatoria gracias a algún lanzamiento lejano de Adam Waczynski o Sasu Salin, aunque abusaban de los lanzamientos exteriores y no veían la forma de frenar a un oponente que completó una buena primera mitad y se fue a los vestuarios con mejores sensaciones y ocho puntos de ventaja (44-36).

El Unicaja siguió sin carburar en el tercer acto. Sin un referente ofensivo ni consistencia atrás, fue apagando sus opciones de remontada, a pesar de que el Iberostar no aprovechó esas carencias para el despegue definitivo.

Cinco puntos seguidos del argentino Nico Brussino en el momento en el que los suyos parecían contagiarse de la mala tarde rival evitaron males mayores y un triple de Beirán terminó de encender las alarmas en el banquillo cajista.

Con quince puntos de renta tras dos tiros libres de Ferrán Bassas a un minuto del final del cuarto, los tinerfeños parecieron tener medio billete para semifinales en el bolsillo, aunque un último estirón del Unicaja le permitió llegar con vida a los últimos diez minutos.

Aunque hubo atisbos de reacción por parte malagueña en el ultimo acto, los isleños no se lo permitieron y volvieron a meter una marcha más a su juego para evitar sustos mayores.

El Unicaja, con los plomos ya totalmente fundidos, solo vivía de acciones sueltas de sus tiradores y se vio fuera de la Copa antes de lo previsto (79-63, min 35).

Para colmo de males, Jaime Fernández se retiró lesionado en el muslo derecho a medio minuto del final entre la alegría tinerfeña por el nuevo éxito de un equipo que peleará el sábado por un billete para la que sería la primera fina de su historia.