Durante siete temporadas consecutivas Dennis Rodman fue el máximo reboteador de la NBA. Un jugador que pasó a la historia por sus intensísimas defensas dentro de la pista… y por sus excentricidades fuera de ella.

En el año 1994 aterrizó en los Chicago Bulls ya con dos anillos de campeón de la NBA en los dedos, conseguidos con los míticos 'Bad Boys' de los Detroit Pistons. En Chicago formaría parte de un trío legendario junto a Michael Jordan y Scottie Pippen.

En el tercer capítulo de 'The Last Dance' se muestran las polémicas peripecias de Dennis Rodman. De vivir en la calle a los 18 años, cuando su madre le echó de casa, a convertirse en uno de los hombres más famosos del mundo. Y no solo por el baloncesto.

Rodman siempre será recordado por su relación con la cantante Madonna, quien le ofreció 20 millones de dólares por dejarla embarazada, según ha contado el exjugador de baloncesto en diferentes ocasiones.

Pero si nos centramos en el baloncesto, Rodman fue el factor decisivo que unió a aquellos legendarios Bulls de Jordan. Un jugador defensivo, reboteador, que cubrió las lagunas del equipo en defensa. "Podría jugar al baloncesto gratis. Me pagan por aguantar la presión de los medios y la gente cuando dejo la cancha", señaló.

En el tercer capítulo del documental se descubre uno de sus episodios más polémicos. En esa última temporada en Chicago solicitó unas vacaciones en medio de la misma temporada, junto en el momento el que Scottie Pippen regresaba de su lesión en el tobillo. "Me dijo que necesitaba unas vacaciones", desvela Jordan.

Y se las cogió: 48 horas para marcharse a Las Vegas. Aunque tardó algo más en regresar. Tanto que el propio Jordan tuvo que ir a buscarlo a la habitación de su hotel para que volviera con el equipo.

Y es que el mítico 23 sabía que necesitaba la mejor versión de Rodman para revalidar anillo. Él siempre fue el 'perro de presa' de los Bulls.