El 23 de abril se celebra el día de San Jorge, mártir cristiano y patrón de Inglaterra, pero también de las comunidades de Aragón y Cataluña en España. Este santo, según la Enciclopedia Católica, habría padecido en Lydda, también conocida como Diospolis o Lod, localidad de Palestina donde existe actualmente una iglesia consagrada a él.

El mismo texto asegura que la mayor parte de la información que se conoce sobre el personaje se nutre de leyendas, como también explica el Padre Delehaye, estudioso de la figura del santo, en su obra ‘Saints Militaires’. Sin embargo, esto no elimina la posibilidad de que las historias surgieran en torno a un personaje histórico, Jorge de Capadocia, al que se identifica como un soldado que vivió en el siglo III.

En el año 303, cuando el emperador Diocleciano ordenó la persecución de los cristianos, Jorge habría declarado oficialmente su devoción religiosa. Martirizado durante siete días, el futuro santo habría conseguido la conversión de la emperatriz Alejandra, que se unió a él en su martirio.

Algunas leyendas relatan cómo consiguió devolver un muerto a la vida, cómo resistió las pociones de un mago sin morir y que fue despedazado hasta tres veces. A pesar de que sus restos fueron calcinados y enterrados, en todas las ocasiones habría conseguido resucitar por la gracia de Dios. Sin embargo, la historia más conocida es la de su lucha contra el dragón, que le representa como vencedor del Bien sobre el Mal

San Jorge y el dragón

Esta leyenda fue popularizada por la ‘Leyenda dorada’ o ‘Legenda aurea’, escrita por el arzobispo de Génova Santiago de la Vorágine en torno al siglo XIII. Según esta historia, el santo salvó en Beirut (Líbano) a la hija del rey de las garras de un dragón al que se ofrecían diariamente sacrificios humanos. Tras dar muerte a la criatura, los lugareños abrazaron el cristianismo.

La historia tiene elementos comunes con la leyenda de Perseo y Andrómeda. El héroe mítico griego también evitó que una princesa fuera devorada por un monstruo y, en este caso, su recompensa fue tomarla como esposa.

La leyenda de San Jorge y el dragón se popularizó en Europa en la Edad Media, en la época de las Cruzadas. Su popularidad es tal que ha llegado a fundirse con leyendas de otras partes de África o Asia y, en muchas ocasiones, la acción no ocurre en Beirut, sino en otros lugares del mundo.

Autores como el padre Delehaye han visto en esta leyenda una metáfora de la victoria del cristianismo sobre el paganismo, identificando al dragón con Satán y al santo con otra figura mitológica cristiana: el arcángel Miguel.

Celebraciones en España

Aragón celebra a San Jorge como patrón a través de su propia leyenda. La veneración al santo tiene su origen en el siglo XI, como podemos comprobar en la web Historia de Aragón. En el año 1906 se disputaba la batalla de Alcoraz, en la que el rey Pedro I de Aragón trataba de arrebatar Huesca a los musulmanes. Como el rey de Saraquasta (actual Zaragoza) acudió en ayuda del de Huesca, Pedro I pidió ayuda a los cielos.

Según la leyenda, del cielo bajó San Jorge acompañado de un caballero cruzado alemán que había recogido en Antioquía tras ser derribado su caballo. Ambos causaron gran cantidad de bajas en las filas moras. Este suceso sería el detonante de la devoción del Reino de Aragón por el santo guerrero.

El 23 de abril también se celebra Sant Jordi en Cataluña, y en la comunidad existe una versión de la leyenda del dragón que aterrorizaba la villa de Montblanc (Tarragona), como se puede comprobar en la web del Ayuntamiento de Barcelona. De la sangre del dragón habría surgido un rosal, cuyas flores son un elemento esencial de la fiesta catalana.

La efeméride se celebra con gran intensidad desde el siglo XIX, encuadrada en el movimiento político y cultural de la Renaixença. Desde entonces, es tradición regalar una rosa a la persona amada el día de Sant Jordi. Este ‘Día de los Enamorados’ catalán se une con la Feria del Libro, dando lugar a la entrega de un libro junto con la mentada flor.