España dice adiós a uno de los escritores más prolíficos del último siglo. Poeta, dramaturgo, novelista, guionista y articulista, Antonio Gala ha fallecido a los 92 años, según ha confirmado este domingo el Ayuntamiento de Córdoba.

El escritor, autor de grandes éxitos como La pasión turca (1993) y El manuscrito carmesí (1990), nació en Brazatorta (Ciudad Real) en octubre de 1930, pero creció en Córdoba, ciudad con la que siempre se identificó. En total, Gala ha escrito más de 20 obras de teatro, casi una decena de poesía y otras quince entre novelas, relatos, y hasta su autobiografía (Ahora hablaré de mí, 2000).

Cerca de 50 obras en las que siempre había lugar para la sensibilidad y el amor; siempre habló sin tapujos de la vida y la muerte, del amor y el erotismo, del destino o de cualquier tema trascendental, como puso de manifiesto en sus muchas apariciones televisivas. En sus novelas situó como protagonistas a las mujeres y retrató sus intentos por salir del esquema patriarcal, no siempre con éxito.

Tampoco tenía problemas para dar su posición política: en El Intermedio criticó al Gobierno de Rajoy, que calificó de "plutocracia": "Es el poder del dinero, no el poder del pueblo", contó a Thais Villas. También a favor de la salida de España de la OTAN, y de hecho presidió la plataforma ciudadana que abogaba por ese fin.

Lectores o no de su obra, los españoles le tienen en su imaginario: sus bastones -tenía unos 500- y su habla pausada daban esa apariencia de fragilidad que le caracterizaba. La firmeza ya la ejercía con sus palabras; siempre tenía una respuesta precisa y trascendental para cada pregunta.

No podemos pasar por alto su cuidado estilismo: sus jerséis y pañuelos, anudados a la perfección, formaban parte también del personaje. Antonio Gala ha sido historia viva de este país. El vídeo que encabeza estas líneas recoge algunas de las imágenes más antiguas que hay del escritor.

Gala fue escritor de todo, incluyendo columnas de periódicos y guiones de televisión, aunque él se definía como poeta. Para él, todo lo que escribía era poesía, solo que en diferentes formatos. Su popularidad creció por su frecuente presencia en la pequeña pantalla en los 90, años en los queGala y otros escritores ilustres lograron colar la literatura también en las televisiones privadas.

Se último trabajo televisivo fue el programa Trece noches (Canal Sur, 1999) junto al tambiénfallecido Jesús Quintero. Entre las más antiguas está la serie histórica Paisaje con Figuras, que presentaba el propio Gala en RTVE en los 70. En Atresmedia pasó también por El Intermedio o El Hormiguero, entre otros.

Escritor con cinco años

Empezó a escribir siendo niño: a los cinco años escribió un relato corto y a los siete su primera obra teatral, según detallan en la fundación que lleva su nombre y lugar de residencia de Gala en el centro de la ciudad califal. En 1951, y con solo quince años, ya estudiaba Derecho en la Universidad de Sevilla y se había matriculado por libre en Madrid en Filosofía y Letras y en Ciencias Políticas y Económicas.

Para las novelas se hizo esperar, pero entró por la puerta grande. La primera, El manuscrito carmesí le dio el Premio Planeta de ese año. Con La pasión turca, bestseller que Vicente Aranda llevó al cine al año siguiente, y el libro de poe El águila bicéfala (1993)se convirtió en el escritor que más vendió ese año en España. La influencia de esta obra ha perdurado con los años, y en 2023Atresmedia estrenó una serie homónima basada en este título.

En el teatro, ya en 1963 había recibido el Calderón de la Barca, como recoge el vídeo. Sería el primero de una colección premios y reconocimientos, entre los que se incluye el nombramiento de Doctor Honoris Causa por la Universidad de Córdoba (1982) o el Premio Nacional de Teatro Pepe Isbert (2020), el último recibido antes de su muerte.

Su aportación como mecenas: la fundación, su gran legado

El inmenso legado del escritor cordobés de adopción no quedará solo a través de sus obras, sino también de su faceta como mecenas. Más de 300 artistas han podido desarrollar sus creaciones gracias a la FundaciónAntonio Gala. Desde 2002, y dirigida por su sobrino, José María Gala, su misión es y ha sido la de becar a jóvenes para que pudieran dedicarse a la creación literaria, musical o también de artes visuales o plásticas.

La Fundación era tan importante para él que llegó a decir que era este su gran legado, y no sus propias obras, según explica Pedro J. Plaza, investigador de la obra de Gala y joven que pasó por la residencia de la Fundación. Este centro es la prueba de que "siempre ha creído en la juventud", añade el joven escritor.

Además, destaca, el poeta impulso un concepto inédito que llamó "fecundación cruzada", y que consistía en sesiones periódicas en las que los residentes analizan la obra de sus compañeros, para enriquecerse mutuamente con aportaciones desde el punto de vista de otras áreas artísticas.

Cada año, al final de cada edición, Gala participara en el acto de clausura y dedicaba unas calurosas palabras a esos nuevos talentos acogidos por su fundación. A ellos les decía que no traicionaran la "voz personal y secreta" que impulsa a cada creador, pues "quien la amordaza deja de ser quien es".

2021 fue el último, y desde entonces decidió no participar más en actos públicos. Lo que no abandonó fue la escritura, aunque no fuera para publicar: "Su vida es la lectura y la escritura", pronunció su sobrino en una entrevista.

"No conozco mejor inmortalidad que la de ser recordado, con afecto y respeto, por quienes nos sucedan", expuso también en un discurso para los jóvenes. El inmenso legado que deja no nos deja otra opción que profesar afecto y respeto a esta -ya- leyenda de la literatura española.