Este año, según resaltan
desde la organización, es el que más asistentes se han registrado el primer
día, por lo que había "muchísima gente" en los conciertos y en las
sesiones de los pinchadiscos o DJ.
La cita, con su famosa
piscina gigante junto a la playa, espera unas 60.000 personas diarias para
volver a convertirse en uno de los eventos musicales más multitudinarios de
todo el verano y cuenta con un dispositivo de seguridad reforzado.
En cuanto al cartel
destacan las actuaciones del DJ Martin Garrix, el dúo Icona Pop, la banda
zaragozana Amaral, los británicos Bastille, Jake Bugg y Clean Bandit, los
suecos The Royal Concept, Iván Ferreiro, Miss Caffeina, Lori Meyers y Sidonie.
La fórmula de bajo coste de playa, conciertos, fiesta, amigos y vacaciones
sigue atrayendo a miles de jóvenes de toda España.
Miles de
"sounders" deambulan entre las acreditaciones y las zonas de
acampada, cargados con mochilas, sillas, colchonetas y demás útiles para
sobrevivir en la zona de acampada durante los seis días que dura el festival.
La Agencia Estatal de
Meteorología prevé temperaturas máximas de 31 grados y cielo despejado. Los asistentes agradecen la vuelta al enclave original porque en 2016
el recinto se vio desplazado varios kilómetros de la zona portuaria y las
caminatas fueron interminables para muchos asistentes.
La organización ha
logrado este año salvar las trabas administrativas derivadas de la limitación
de la ocupación del espacio marítimo-terrestre en los terrenos portuarios en
los que se instala su recinto.
Además, ha adoptado las
medidas correctoras de impacto acústico determinadas judicialmente y ha llegado
a un acuerdo con los vecinos -menos con uno- que denunciaron los altos niveles
de ruido y a los que los tribunales dieron la razón.
Una modificación en la
Ley de Costas en 2016 permite, ahora sí, al evento musical ocupar un espacio
superior y por tanto el festival puede volver a su recinto original, símbolo de
su filosofía de festival de playa.