El 15 de abril de 1923, el público de Nueva York acudió al Teatro Rivoli. Allí, el empresario Lee De Forest iba a proyectar una de las primeras filmaciones de cine sonoro. En la gran pantalla, apareció cantando y bailando una joven española. Era la cantante Conchita Piquer. "Lo que hace Lee De Forest es poner en marcha su sistema de sonorización en película y, para ello, lo que rueda son canciones", explica la profesora titular de la Universidad Rey Juan Carlos e investigadora del cine mudo Begoña Soto Vázquez, que añade: "La intención de De Forest era crear una línea de continuación que sirviera para la radio y la fonografía, pero no pretendía competir con el cine". Es, por ello, que Lee De Forest filma un programa de teatro musical que se representaba en aquel momento en Broadway: "En ese vodevil, entre otros artistas, sobre todo norteamericanos, estaba Conchita Piquer", dice Soto.

Conchita Piquer cantó para esa película canciones en español (un cuplé andaluz y una jota aragonesa) y, también, un fado en portugués. La cinta fue grabada y proyectada cuatro años antes de la que se ha considerado durante mucho tiempo la primera película del cine sonoro, 'El cantor de jazz' (Alan Crosland, 1927). Sin embargo, la de La Piquer no contó con un gran éxito. Según Begoña Soto, no tuvo muy buenas críticas, porque la calidad sonora no era la adecuada: "Las películas de cine mudo se programaban con música en directo y, por muy buena que fuera una grabación -y la de De Forest no lo era-, nada se podía comparar a tener a Concha Piquer cantando en directo". La película, de 11 minutos de duración, fue localizada en la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos por Agustín Tena, creador de la revista Dezine.

Para 1923, Concha Piquer ya se había convertido en una habitual de los carteles del teatro musical neoyorquino. Actuaba junto a otras grandes estrellas como Al Johnson o Eddie Cantor. La diferencia con ellos es que ella había partido desde Valencia unos años atrás. Cuando apenas tenía 13 años, cantó en un teatro valenciano. Entre el público estaba el compositor Manuel Penella. "Penella se fija en ella porque tiene mucho talento cantando y le ofrece llevársela a Estados Unidos", comenta Carla Berrocal, dibujante de cómics y autora de 'Doña Concha: la rosa y la espina'. "Su madre se fue con ella y, al principio, Conchita va como ayudante de sastrería, porque el objetivo era formarla en el teatro", añade Berrocal. Sin embargo, el productor de la obra que iba a representar Penella en Nueva York escuchó cantar a Conchita entre bambalinas y pidió a Penella que la incluyera en el espectáculo. Según Berrocal, "es ella quien se ganó todo el protagonismo y, a raíz de ahí, le surgen un montón de espectáculos, tanto en Estados Unidos como en Centroamérica".

Volvió a España dejando atrás la soledad que sentía en Nueva York. Con ella, se trajo todo lo aprendido en Estados Unidos: "El verdadero mérito de Concha Piquer fue que transformó el espectáculo de variedades americano en un espectáculo de variedades español", explica Carla Berrocal. Se retiró en 1958, tras quebrarse su voz durante unos instantes en un concierto. Dejó un gran legado en la copla española. Fue, dice Carla Berrocal, una mujer pionera: "Es verdad que tenía una posición de privilegio, pero fue una mujer que condujo coches, que estuvo al mando de su propia compañía, con lo que eso significa entre los años 40 y los 60, que mandara a un montón de hombres, con toda la mala fama que le llevó". La dibujante reivindica la figura de La Piquer: "Una vez, Franco le pidió que le cantara una canción y dijo: 'Si Franco quiere que le cante una canción, que pague una entrada y venga a verme'".

Hasta el 11 de junio de 2023, estará la exposición 'Doña Concha: una exploración en torno a la copla y Conchita Piquer' en el Ayuntamiento de Valencia, con el fin de homenajear a la 'reina de la copla española'. Según explica la comisaria de la exposición, Cristina Chumillas, el hilo conductor es el cómic de Carla Berrocal y, en el primer mes de exposición, "la acogida ha sido muy buena, está habiendo un gran número de visitas". Allí, podrán encontrar los famosos baúles de La Piquer, que dieron origen a la popular frase 'viajas más que los baúles de La Piquer'.