Fue protagonista de crónicas taurinas y de la prensa rosa durante más de 15 años. Casado primero con Carmen Ordoñez y después con Isabel Pantoja, Paquirri era toda una estrellanacional cuando un toro terminó con su vida.
El 26 de septiembre de 1984, en Pozoblanco (Córdoba), Francisco Rivera, más conocido por todos como Paquirri, se enfrentaba a la última corrida de la temporada. Preguntado por un periodista junto al albero, el torero dijo una frase premonitoria: "El tiempo que me quede de matador de toros. Que no es mucho". Estas fueron sus últimas palabras antes de salir al ruedo.
Cuando toreaba el segundo toro de la tarde, de la ganadería Sayalero y Bandrés, éste le propinó una brutal cornada que le seccionó la arteria femoral. El traslado a la enfermería y los minutos que se vivieron allí fueron una de las imágenes más icónicas de los años 80 en España.
Paquirri utilizó sus últimas fuerzas para explicarle la cornada a los médicos y pedir que avisasen a Isabel Pantoja, que hacía tan solo nueve meses había dado a luz a su hijo, Kiko Rivera. Paquirri tenía otros dos hijos fruto de su matrimonio con Carmina Ordoñez: Francisco y Cayetano Rivera.
La plaza de Pozoblanco, con pocos medios médicos, fue incapaz de contener la hemorragia. Trasladaron a Paquirri a Córdoba pero fue inútil: a las 21:40 horas de ese mismo día, el diestro fallecía con tan solo 36 años. A su funeral en la Maestranza de Sevilla asistieron miles de personas y una Isabel Pantoja conmocionada que no era capaz de mantenerse en pie. Su hijo y la música le permitieron seguir adelante.
Un año después, en 1985, Pantoja sacó a la luz uno de sus discos más icónicos: 'Marinero de luces', escrito íntegro por José Luis Perales y dedicado a Paquirri. La canción que da título al disco forma parte de la memoria colectiva de todo un país: "Olvidaste que yo gaviota de luna te estaba esperando, y te fuiste meciendo en olas de plata, cantando, cantando. Te embrujo aquella tarde el olor de azahar...".
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