El Observatorio de Dinámica Solar (SDO) de la NASA ha observado en el Sol una explosión magnética nunca antes registrada, fruto de lo que se denomina una variación 'forzada' de la reconexión magnética.

En los abrasadores alcances superiores de la atmósfera de la estrella, una prominencia -un gran bucle de material lanzado por una erupción en la superficie solar- comenzó a caer de regreso a la superficie del Sol, pero antes de que pudiera hacerlo, se topó con una trama de líneas de campo magnético, provocando una explosión.

Los científicos ya habían visto previamente el chasquido explosivo y la realineación de líneas de campo magnético enredadas en el Sol, un proceso conocido como reconexión magnética, pero hasta ahora, nunca uno que hubiera sido provocado por una erupción cercana.

Esta observación, que confirma una teoría de hace una década, puede ayudar a los científicos a comprender un misterio clave sobre la atmósfera solar y a predecir mejor el clima espacial. Asimismo, puede conducir a avances en los experimentos de fusión controlada y plasma de laboratorio.

"Esta fue la primera observación de un detonante externo de reconexión magnética", indicó en un comunicado Abhishek Srivastava, científico solar del Instituto Indio de Tecnología (BHU).

"Esto podría ser muy útil para comprender otros sistemas. Por ejemplo, las magnetosferas planetarias y de la Tierra, otras fuentes de plasma magnetizado, incluidos los experimentos a escalas de laboratorio donde el plasma es altamente difusivo y muy difícil de controlar", explicó sobre las nuevas observaciones, que acaban de publicarse en el 'Astrophysical Journal'.

Anteriormente se había observado un tipo de reconexión magnética conocido como reconexión espontánea, tanto en el Sol como alrededor de nuestro planeta. Pero este nuevo tipo impulsado por explosiones, llamado reconexión forzada, nunca se había visto directamente, aunque se teorizó por primera vez hace unos 15 años.

La reconexión espontánea previamente observada requiere una región con las condiciones adecuadas, como tener una delgada capa de gas ionizado o plasma, que solo conduce débilmente la corriente eléctrica. El nuevo tipo ahora observado, en cambio, puede ocurrir en un rango más amplio de lugares, como en el plasma que tiene una resistencia aún menor para conducir una corriente eléctrica, aunque necesita algún tipo de erupción que lo desencadene. Esta exprime el plasma y los campos magnéticos, haciendo que se vuelvan a conectar.