La vuelta del carbón, doblando la producción este año, y el uso disparado del gas, que ya es la principal fuente de electricidad este 2022, tienen un alto impacto en el clima. Las eléctricas ya han contaminado más que todo el año pasado y este no ha acabado aún.

Como explica Carlos Martín, experto de Enerjoin, "se consume más gas porque el resto de tecnologías han aportado menos, y hay que producir más energía para poder compartir". Eso ha roto la tendencia de los último cuatro años, cuando las eléctricas habían ido reduciendo sus emisiones.

Esta situación excepcional se da por la guerra en Ucrania y la crisis energética, y en palabras de la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, "es algo absolutamente temporal, por razones de seguridad energética".

El sistema se ha enganchado más a los combustibles fósiles, mientras las renovables han ido perdiendo peso: la sequía ha reducido a la mitad la aportación de la hidroeléctrica y la eólica está siendo insuficiente.

Según los expertos, esto supondrá un paso atrás en la lucha contra el cambio climático. De hecho, la contaminación en España ha subido este año un 14%, con datos el Observatorio de la Sostenibilidad, cuando al ley exige reducir las emisiones un 23% hasta 2030.

En nuestro país, las eléctricas son las mayores contaminantes, seguidas del transporte por carretera, las refinerías, la industria y el transporte aéreo.