El calentamiento global es una realidad cada vez más evidente que nos lleva irremediablemente a un punto que podría no tener retorno. El último episodio extraordinario que lo ha puesto de manifiesto ha sido la lluvia en Groenlandia. Habitualmente allí, a más de 3.000 metros de altura siempre nieva, sin embargo, por primera vez ha llovido.

Todo esto unido a que se ha descongelado un volumen de casi 900.000 kilómetros por las altas temperaturas.

Este fenómeno sin precedentes en la historia se justifica porque Groenlandia se encuentra bajo una ola de calor, como la que ha vivido España y otros muchos puntos del hemisferio norte.

En el caso concreto de la estación de Summit, a 3.216 metros y una latitud de 72,58 grados norte, el pasado 14 de agosto la temperatura estuvo durante más de nueve horas por encima del punto de congelación (los cero grados).

Desde que hay registros, solo en tres ocasiones, en 1995, 2009 y 2012 ha ha habido un fenómeno que guarda cierta relación con el actual: hubo fusión, que significa que se derritió la capa de hielo, pero, sin embargo, no hubo precipitaciónen forma de lluvia.

Po otro lado, un estudio publicado en The Lancet alerta sobre el calentamiento global y los efectos en nuestra salud: deja muy claro que se está produciendo un aumento del porcentaje de la mortalidad en los seres humanos por el calor.

En cifras, solo en 2019 más de 356.000 personas perdieron la vida por una enfermedad relacionada con las fuertes olas de calor en el planeta, una alarmante realidad que supone un incremento de 74% desde 1990. Además, 1,3 millones de seres humanos fallecieron por causas relacionadas con el frío extremo

Además, otro estudio de la unviersidad de Sídney​ pone de manifiesto que el cambio climático no solo causa muerte, sino también enfermedades graves con secuelas que pueden arrastrarse durante años y también problemas durante los embarazos.