La campaña de excavación que se está llevando a cabo en el yacimiento de Los Bañales (Uncastillo) este verano no deja de dar sorpresas y la última ha sido el hallazgo de un colgante de oro de algo más de 1,5 centímetros, en lo que parece ser una habitación de una casa doméstica que se está excavando en la zona norte del yacimiento. Se trata de una pieza de época tardo Imperial (siglos I o II d.C) que representa un falo (fascinus en latín).

"En un principio creímos que se trataba de una cornucopia, habitual es la iconografía de la época, pero luego vimos que era un pene de oro, también singular porque los amuletos solían hacerse de bronce", ha explicado el director de la excavación y del proyecto pedagógico de Los Bañales, Javier Andreu. La figura va acompañada de un puño cerrado, "una combinación que se utilizaba como amuleto contra el mal de ojo. De hecho, era el símbolo de la buena suerte", ha apuntado Andreu.

Esta pieza ha sido encontrada por María Campoy, una de las estudiantes becadas este verano para excavar en la zona junto a otros 37 estudiantes llegados de diferentes partes del mundo. Esta beca cuenta con el patrocinio de la Comarca de las Cinco Villas. Además, en este proyecto participan otros colaboradores, como los ayuntamientos de Uncastillo, Layana, Sádaba y Biota, CBRE España, Fundación ACS y Universidad de Navarra.

Hace unos días se encontró en el yacimiento otra pieza singular, un fragmento de un pendiente de oro con lo que parece ser una esmeralda, "aunque los gemólogos están estudiándola para corroborar esta afirmación", ha comentado el director de la excavación.

En esta ocasión, la pieza apareció más al sur que la otra, en una zona "muy remodelada y en lo que parece ser un espacio comercial, cerca de otro público, pero tenemos que seguir estudiándolo", ha precisado el experto. Además, se han hallado en el yacimiento en esta campaña unas cuentas cilíndricas de pasta vítrea con una pieza de nácar o perla, y una pequeña miniatura, en plomo, "de un templo, utilizada para el culto doméstico en la ciudad, ha apuntado Javier Andreu.

Este tipo de objetos se han encontrado en espacios que, originariamente, fueron públicos, pero, finalmente, acabaron convirtiéndose en privados. Gracias a ellos "se nos informa sobre aspectos de la vida cotidiana romana" y, en este caso, por el tipo de materiales empleados, subrayan "el carácter abierto de esta ciudad, a medio camino entre Caesar Augusta y Pompelo (Zaragoza y Pamplona)", ha argumentado el arqueólogo.

La ciudad romana de Los Bañales no tenía yacimientos de oro cerca, los más próximos eran los del Pirineo, y encontrar piezas de oro en la zona indica "la importancia de la ciudad en aquellos años", ha puntualizado Andreu.