Nos gusta estar conectados, es indudable. Por eso, caídas como la que ha experimentado WhtasApp hacen que nos sintamos un poco fuera del mundo. Durante horas, las redes sociales se han hecho eco de esta desconexión con multitud de bromas. Hasta la propia Policía ha ironizado: "Tranquilo, respira hondo ¡no eres el único! #WhatsApp se ha caído... así que aprovecha y habla con esa persona que comparte contigo el salón".

La caída de WhatsApp puso en evidencia la dependencia de muchos al teléfono móvil. Los psicólogos alertan de que esta patología es cada vez mayor. "Si siento nerviosismo por estar sin móvil, tengo un problema", así de rotundo se mostró psicólogo Marc Masip en Salvados. Según él, alguien está enganchado "cuando afecta a su vida cotidiana" y avisa de que a pesar de "no estar catalogado como adicción, profesionalmente sí se trata como tal".

Más de 20% de los jóvenes españoles está en riesgo de tener dependencia patológica al móvil y un 1,5% la sufre realmente. A muchos jóvenes, sus problemas de autoestima les han llevado a usar el móvil de forma compulsiva. "Engancha, cada vez le dedicaba más tiempo, y te das cuenta que terminas buscando en esas redes sociales la aceptación que no tienes en tu entorno", explica Daniel Collado, exadicto al móvil.

Belén, una adolescente enganchada al móvil explicó a Jordi Évole en Salvados que entre clase y clase está "permanentemente conectada al teléfono" y que jamás se ha dejado el teléfono en casa: "Soy capaz de llegar tarde para ir a recogerlo".

Para evitar que la adicción al móvil acabe condicionando el día a día, los expertos recomiendan establecer límites horarios y, en caso de que adicción, pedir ayuda.