CIBERSEGURIDAD EN EL AUTOMÓVIL

Tan solo basta con introducir la matrícula en internet: así pueden hackear tu coche

Una vulnerabilidad en los sistemas digitales de un fabricante permitió controlar vehículos a distancia.

Matrícula de un vehículo en España

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En una sociedad cada vez más conectada, la ciberseguridad ha dejado de ser una preocupación exclusiva del entorno digital para convertirse en una amenaza cotidiana. Lo que antes solo ocurría frente a una pantalla ahora puede suceder en plena vía pública. Desde el robo de datos personales hasta el control remoto de dispositivos inteligentes, la ciudadanía vive con la inquietud de que su privacidad pueda ser vulnerada.

Dentro del mundo del motor, cada vez es más común una alerta que preocupa a conductores y expertos: los coches conectados, esos vehículos repletos de sensores y sistemas digitales, que, por desgracia, también pueden ser hackeados. En algunos casos, basta con conocer la matrícula para acceder a ellos.

Una simple matrícula, la vía para el hackeo

Puede sonar increíble, pero basta con teclear la matrícula de un coche en internet para que un ciberdelincuente consiga algo tan grave como controlarlo a distancia. La clave está en las APIs (interfaces que conectan aplicaciones, servidores y sistemas). Estas herramientas se han convertido en una vía de entrada para ataques informáticos si no están adecuadamente protegidas.

En 2024, un grupo de investigadores en seguridad digital logró acceder al sistema de un reconocido fabricante asiático. ¿Cómo lo hicieron? A partir de una matrícula cualquiera, visible en la calle o en fotos online, accedieron a servicios web que, cruzando bases de datos de aseguradoras y registros públicos, devolvieron el VIN (Número de Identificación del Vehículo), una información confidencial.

A raíz de este hackeo, lograron acceder al coche sin contacto físico alguno. Podían desbloquear puertas, arrancar el motor y hasta revisar datos personales del propietario.

Lo más preocupante no es solo el robo de información personal, ya que los fallos en las APIs pueden traducirse en control físico del vehículo, con escenarios que pueden comprometer tu seguridad: bloqueo del coche en marcha, vigilancia remota, etc.

El avance de la tecnología sigue su curso y la presión por lanzar nuevas funciones y la escasa regulación hacen que este problema sea creciente. Cada nueva función que se conecta a internet es una posible grieta si no se asegura de forma correcta.

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