CUANTO MÁS PESO, MÁS GASTO
Saca esa porquería del maletero: El truco simple para ahorrar 150 euros al año en gasolina que solo requiere 5 minutos
Seguro que no has pensado en ello, pero cuanto más peso se lleva en el maletero, más combustible gasta el motor, más trabajo tienen que hacer los frenos y más sufren las ruedas. Y no son pocos, precisamente, los que llevan el maletero hasta los topes de cosas, cuando eso aumenta el gasto sin que nos demos cuenta

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¿No te ha pasado nunca? Seguro que sí. Cuanto más grande es el maletero del coche, más cosas metemos dentro y, al final, parece un trastero móvil más que el maletero de un coche. Todo lo que acaba en el maletero nos acompañará durante meses, a veces incluso durante años, hasta que un día decidamos que ha llegado la hora de sacarlo de ahí.
La idea general es que, total, ahí no molesta, ¿verdad? Nadie cae en la conclusión de que cuantas más cosas metamos en el maletero, más peso tiene que mover el motor y mayor es el consumo. Es más, si tenemos un maletero muy grande, el peso puede llegar a niveles respetables y obliga a realizar un mayor trabajo a los frenos y a los neumáticos.
Obviamente, hay que llevar muchas cosas para que el peso se note, pero a veces, con detalles nimios, se puede disparar ese peso extra. ¿Cuántas veces has cambiado la batería y la has dejado en el maletero? Pues según la batería, el peso varía entre los dos y los 23 kilos –y las hay más pesadas–. Ahora imagina que junto a la batería hay diferentes bolsas con bártulos, un botiquín, las cadenas para la nieve, el patinete del niño… El peso aumenta más de lo que parece.

Por cada 100 kilos de peso, el consumo sube 0,5 litros
Generalmente, el maletero de un coche, siempre que no sea en un viaje largo, no lleva mucho peso. Quizá, en el caso más exagerado, ronde los 20 kilos, pero no sería raro alcanzar los 50 kilos en alguna ocasión. Un peso que, no olvidemos, habría que sumar al nuestro, obviamente.
Se dice que, de media, el consumo aumenta más o menos 0,5 litros cada 100 kilómetros por cada 100 kilos de peso adicional. Para llevar ese peso en el coche, habría que meter piedras y de las grandes, pero, sin embargo, rondar los 50 kilos es más fácil de lo que parece. Ya hemos comentado el caso de la típica batería gastada, a eso súmale la caja de herramientas, el gato, las cadenas para la nieve, los pulpos para la baca, incluso la misma baca…
Así pues, 50 kilos adicionales suponen gastar 0,25 litros más cada 100 kilómetros. Parece poco, pero si recorremos 15.000 kilómetros anuales hablamos de 37 litros, a 1,60 euros de media el litro, son 60 euros de más todos los años. Junto a eso, mayor desgaste de frenos y neumáticos, que también tienen que trabajar más con peso adicional y no siempre nos acordamos de su existencia y pueden hacer que la cifra de gasto extra suba hasta los 150 euros.
Sí, 150 euros al año parece poco, pero, ¿quién no ha tenido un momento de apuro? Son 150 euros de más que, ¿quién sabe? Podrían venir bien para cualquier otra cosa. Además, por sí solos no parecen mucho, pero hay que sumarlos al coste del seguro, del mal llamado impuesto de circulación, del gasto de combustible que se hace normalmente… Al final, la cifra es elevada y cualquier ahorro que podamos lograr siempre será bienvenido, ¿no creéis? Con detalles como este, al final, se pueden lograr ahorros mucho más elevados. Todo suma incluso cuando queremos reducir los costes.
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