AVAS EN LA MIRA

El ruido simulado de los coches eléctricos esconde riesgos: puedes oírlos, pero no es fácil verlos

Los vehículos EV requieren una alerta para peatones. Pero hay un problema que pone en riesgo la seguridad: es fácil oírlos, pero no verlos.

Imagen de archivo: tráfico en carretera

Imagen de archivo: tráfico en carreteraEuropa Press

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Una faceta: el alto desempeño y los récords de vuelta. En tiempos de eléctricos, los hipercoches, deportivos o bien sedanes con potencias propias de supercars no se quedan fuera en la carrera por los mejores tiempos en circuitos claves como Nürburgring, vaya medida justa para analizar rendimientos dado su larguísimo trazado. Cuando un modelo es noticia por su registro, sólo el zumbido que sale de la fusión entre el motor eléctrico y el paso de los neumáticos nos ofrecen como consuelo frente a la insoportable sensación de estar viendo volar un vehículo, pero casi en silencio.

Otra faceta: los escapes artificiales. ¿O debería llamarlo un escaparate a la nostalgia? En este subgrupo ubicamos a coches como el Dodge Charger Daytona, que, tras decirle hasta luego al HEMI V8 –en un principio era un adiós, pero pronto volverá al muscle car americano para reavivar las ventas y devolverle al cliente lo que Stellantis le había quitado–, recurre a artilugios como el sistema Fratzonic Chambered Exhaust, que simula el sonido del icónico ocho cilindros.

La tercera faceta de los eléctricos en relación con el silencio y el ruido que emiten es la que aquí nos interesa, y no está ligada a pistas para pilotos de prueba ni a llamativas bestias norteamericanas, sino a los coches para el uso cotidiano en ciudad. ¿No tienes un eléctrico? Pues con más razón toma nota, porque no son solo sus conductores a los que aquí y ahora les hablamos, sino también el peatón que se cruza con el vehículo a batería... Con los vehículos a batería. En el plural está la clave.

Estudio sobre coches eléctricos 2050
Estudio sobre coches eléctricos 2050 | Newspress

Cuando el alerta para peatones puede no ser suficiente

Probablemente te ha pasado que estás llegando a una esquina y justo cuando te dispones a cruzar la acera, confiado de que ningún coche está pasando, frenas el paso en forma repentina porque un silencioso eléctrico te aparece de repente. En la actualidad, para los eléctricos ya existe una función que consiste en la emisión de sonidos de advertencia a baja velocidad para hacerle notar su presencia a quien va a pie: el AVAS, que traducido significa Sistema de Alerta Acústica Vehicular.

Aún ejecutando esta alerta, los puedes oír, pero lo que no es tan sencillo es verlos, como anticipamos en el título. ¿Acaso los eléctricos fantasmas o invisibles ya están entre nosotros? Ya quisiéramos, sobre todo en situaciones en las que no nos vendría nada mal evadir los controles de tráfico –no me hagáis caso–. Se trata, en realidad, de un problema que empieza en el instante en que escuchamos la advertencia y creemos que nos llega de un eléctrico, cuando en realidad es otro eléctrico que se acerca desde otro lado el que la reproduce.

Es en esos pocos segundos, o incluso milésimas, cuando se puede ocasionar un accidente y, cuantos más coches son los involucrados, más tiempo puede tardar el peatón en detectar de dónde viene el sonido, lo que agudiza el nivel de riesgo. Podemos reaccionar ante el AVAS de un eléctrico, pero puede que no sea suficiente cuando se nos vienen otros de distintas direcciones y sentidos. He encontrado este vídeo sobre diferentes e-sounds que muestran cómo pueden sonar según las circunstancias, como en reversa, en aceleración progresiva y en aparcamiento.

Una cuestión de prolongación y aumento gradual de volumen

Repito, hablamos de sonidos en situaciones de baja velocidad, cuando no alcanza con el ruido de los neumáticos y del viento que ocasiona el andar del coche a velocidades más superiores. En un reciente estudio, los resultados no fueron alentadores. Cuando se le pidió a las personas convocadas que señalaran la fuente –el coche– del sonido, el pitido estándar de dos tonos fue el que más costó descifrar al hacer avanzar tres vehículos.

Por eso, lo recomendable es que el coche en cuestión emita alertas prolongadas. Un zumbido o un silbido estirado puede ser más efectivo que el mencionado pitido. Pero esta solución al problema de la dirección del coche que lo emite debe ir de la mano con una configuración precisa. Quiero decir que esa amplitud debe ser, al mismo tiempo, progresiva y cada vez más fuerte. Caso contrario, el eléctrico puede ser llamado a revisión como le pasó en su momento al Chevrolet Equinox EV, que no cumplía con el aumento de volumen obligatorio al pasar de los 19 a los 30 km/h.

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