CURIOSIDAD
¿Por qué no hay gasolineras low-cost en las autopistas? Un trabajador del sector revela el motivo
Muchos conductores se preguntan por qué, a pesar del auge de las gasolineras low-cost en ciudades y polígonos, en autopistas y autovías no existe ni una sola.

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Muchos conductores se preguntan por qué, a pesar del auge de las gasolineras low-cost en ciudades y polígonos, en autopistas y autovías no existe ni una sola. La realidad es que no se trata de una casualidad: es un modelo diseñado para que solo unos pocos puedan operar ahí.
El sistema actual nace en los años 80 y 90, cuando el Estado reguló de forma estricta las áreas de servicio para garantizar suministro continuo, seguridad y mantenimiento permanente. Con el tiempo, este marco ha creado un escenario donde únicamente las grandes petroleras tienen capacidad para competir.
Las gasolineras situadas en autopistas son concesiones públicas, gestionadas por el Estado o por las comunidades autónomas, y su explotación depende de concursos públicos extremadamente caros. Según trabajadores del sector, el coste de entrada puede ir desde 50 hasta 100 millones de euros, una barrera que deja completamente fuera a las compañías low-cost. A esto se suman obligaciones que estas empresas no pueden asumir: servicio 24 horas, personal fijo, tiendas, restaurantes y cobertura de asistencia mínima al conductor.
Por eso, aunque los conductores agradecerían precios más bajos, las gasolineras low-cost no pueden competir en autopistas. Su modelo solo es viable en terrenos baratos y sin exigencias estructurales tan elevadas.
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