PORQUE CUMPLE CON LO QUE IMPORTA
¿Por qué todo el mundo compra este coche aunque no sea el mejor?
El Dacia Sandero no va a ganar un concurso de diseño. Tampoco lleva un motor revolucionario ni es el escaparate tecnológico que muchos otros coches presumen, pero ahí está, año tras año, liderando las listas de ventas en España. ¿Por qué?

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El Dacia Sandero no va a ganar un concurso de diseño. Tampoco lleva un motor revolucionario ni es el escaparate tecnológico que muchos otros coches presumen, pero ahí está, año tras año, liderando las listas de ventas en España. ¿Por qué? Pues porque cumple. Porque cuesta poco, consume poco, da pocos problemas y ofrece más de lo que aparenta. En un país donde el sueldo medio va justito y moverse por ciudad es cada vez más complicado, eso es una virtud de peso.
No es casualidad que el Sandero arranque en unos 14.000 euros. Ni que ofrezca un maletero amplio y un interior práctico con huecos por todas partes. Tampoco es casualidad que se pueda comprar con motor bi-fuel (gasolina y GLP) y así conseguir etiqueta ECO sin hipotecarse en un eléctrico. No será el mejor coche en nada… pero igual si lo es en equilibrio, y eso, por mucho que pese a los más puristas, también tiene su mérito.
Además, cuando el mantenimiento es sencillo, las piezas baratas y el taller de barrio lo conoce de memoria, el Sandero se convierte en un compañero fiable. No da sorpresas, ni buenas ni malas, y eso, para mucha gente, es justo lo que quiere de su coche.
Lo esencial, sin adornos
Conducir un Sandero no te va a hacer sentir como un piloto de pruebas, pero es que tampoco lo pretende. En sus versiones más básicas, el motor de 90 CV se defiende bien en ciudad y cumple en carretera. El de 100 CV con GLP va más suelto, y el ahorro en combustible es real. No corre, pero tampoco es lento. Eso basta para muchos.
¿Tecnología? Tiene la que necesitas. Una pantalla de 8 pulgadas, conectividad con el móvil, cámara trasera y algún que otro extra según el acabado. Nada de pijadas que se estropean a la primera, y en seguridad, más de lo mismo: frenada automática, alerta de carril, control de fatiga… Lo justo para cumplir con nota, sin dar lecciones.
Luego está el diseño. Que sí, que no levanta pasiones. Pero la versión Stepway le da un aire más pintón, tipo SUV urbano, que no viene mal, y lo mejor es que esa estética no es solo postureo: con un poco más de altura libre al suelo y protecciones plásticas, se defiende mejor en caminos de pueblo o zonas bacheadas. El típico coche que ves en todas partes, sí… pero por algo.

Un coche muy español
España es un país donde el coche se compra con la calculadora en la mano. El coche se hereda, se revende, se lleva al pueblo y se aguanta hasta que no da más de sí. En ese contexto, el Sandero encaja como un guante porque no es un coche emocional, sino un coche sensato. No va de aparentar, va de durar.
Además, el respaldo del grupo Renault le da una red de talleres y repuestos que ya quisieran otras marcas. Además, teniendo más de mil estaciones de GLP en todo el país, usarlo como bifuel es viable, económico y hasta ecológico, con menos emisiones que muchos gasolina.
En resumen, el Sandero no es el mejor coche para presumir, pero sí es, probablemente, el mejor coche para vivir el día a día sin comerte la cabeza. Por eso lo ves en cada esquina, por eso lo elige tanta gente, y por eso, aunque no emocione, convence.
No destaca, pero gana
El Dacia Sandero es el típico coche que no destaca en nada… y por eso mismo lo hace todo bien. Barato, práctico, suficiente en prestaciones, con etiqueta ECO y mantenimiento bajo. Un coche que no necesita ser el mejor para ser el más lógico, y que, en tiempos de inflación y ciudades cada vez más hostiles para el coche privado, se ha ganado a pulso su lugar.
Así que sí, se vende como churros. Pero no es casualidad. Es pura lógica con ruedas.
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