UN SUV QUE ROMPIÓ ESQUEMAS
Este Toyota lo cambió todo y aun no siendo el más barato, es uno de los superventas del mercado, con 15 años de garantía y una fiabilidad imbatible
El C-HR presume de un diseño coupé con líneas tensas y un aire futurista que rompía con todo lo que había hecho la marca hasta ese momento.

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Cuando Toyota presentó el C-HR allá por 2016, muchos se quedaron con la boca abierta porque no era el típico SUV cuadrado y discreto. La jugada salió redonda. El C-HR consiguió atraer a un público nuevo para Toyota sin perder a los fieles que buscaban un coche fiable y económico de mantener.
No fue el más barato de su segmento, pero su imagen y su propuesta híbrida marcaron la diferencia. La mezcla de estilo y eficiencia caló rápido en un mercado saturado de modelos que parecían cortados por el mismo patrón.
En Europa, el éxito fue arrollador: antes de que acabase 2024 ya había superado el millón de unidades vendidas, y eso que en otros mercados, como Estados Unidos o Canadá, tuvo un papel más discreto, aunque suficiente para demostrar que el concepto funcionaba más allá del Viejo Continente.
Un diseño que enamora y tecnología híbrida
Una de las claves del C-HR es que entra por los ojos. Más de la mitad de sus compradores europeos lo reconocen: lo eligieron por su diseño. Esa silueta afilada, los pasos de rueda marcados y la caída del techo le dan un aspecto único. Pocos SUV compactos consiguen transmitir esa sensación de coche especial sin sacrificar demasiado la practicidad.
Con el tiempo, la gama se amplió. A la versión híbrida autorrecargable se sumó una enchufable capaz de recorrer hasta 100 km en ciudad en modo eléctrico. Esto lo convirtió en una opción perfecta para quien hace trayectos cortos diarios, pero quiere también libertad para viajar sin depender siempre de un enchufe. Una combinación que, para muchos, es la fórmula ideal.
Además, la sensación al volante transmite calidad. Los materiales, el ajuste de las piezas y la comodidad de marcha son propios de un coche pensado para durar. A nivel de seguridad, Toyota no ha escatimado: de serie viene con ayudas a la conducción que en otros rivales son opcionales.

Fiabilidad y garantía que dan tranquilidad
Si por algo se conoce a Toyota es por su fiabilidad, y el C-HR no es la excepción. En 2024, la encuesta de What Car? lo colocó entre los mejores de su clase con una puntuación de casi el 97%. Los problemas detectados fueron escasos y baratos de solucionar, algo que habla muy bien de su ingeniería.
Pero más allá de los números, está la tranquilidad que da su garantía. Toyota ofrece tres años de cobertura de serie, y la extiende hasta diez si el coche pasa las revisiones en sus talleres oficiales. La batería híbrida está cubierta hasta 15 años, algo prácticamente único en el mercado, y eso significa que, bien cuidado, un C-HR puede estar protegido durante casi toda su vida útil.
Por todo esto, aunque no sea el más barato de su segmento, el C-HR es de esas compras que se hacen con la cabeza y con el corazón. Combina diseño, tecnología eficiente, fiabilidad y una cobertura de garantía que lo convierten en una de las opciones más sensatas para quien quiere un SUV para muchos años.
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