VIDA ÚTIL

Esta marca de lujo asegura que las baterías de sus eléctricos duran lo mismo que los diésel o gasolina: al menos 15 años o 300.000 km

Las baterías de tracción son el corazón de los vehículos eléctricos y en este fabricante premium sus sistemas de alta tensión están concebidos para igualar la vida útil y la fiabilidad de los motores de combustión.

Simon Maurer, responsable del sistema de seguridad del Porsche Cayenne y el Macan.

Simon Maurer, responsable del sistema de seguridad del Porsche Cayenne y el Macan.PORSCHE

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El desgaste de las baterías es un proceso inevitable, aunque puede gestionarse. Durante los primeros meses de uso —entre dos y doce— una célula de iones de litio suele perder entre un 1 y un 5 % de capacidad, una fase conocida como la "caída inicial".

Sin embargo, Porsche tiene en cuenta este efecto físico, asegurándose de que las baterías recién fabricadas tengan un contenido energético que ya contemple esta reducción. Como resultado, el estado de salud efectivo (SoH) de la batería disminuye mucho más lentamente, equiparándose su vida útil a las de los motores de combustión (al menos 15 años o 300.000 kilómetros).

Porsche Cayenne
Porsche Cayenne | Porsche

Así lo ha comunicado el fabricante en su web, señalando los factores que más influyen en este envejecimiento, como la temperatura de la batería, el nivel de carga o la intensidad de la corriente, determinando que "las condiciones óptimas son temperaturas inferiores a 30 grados centígrados y un nivel inferior al 90 %", siempre cuando el coche permanece estacionado durante largos periodos de tiempo.

Para ello, Porsche ha apostado por sistemas de control y monitorización específicos, incluidos sus desarrollos patentados de carga rápida. Pero, ¿qué ocurre dentro de una batería?

En cada celda actúan procesos electromecánicos que determinan cómo envejece el sistema. Cuando la batería se carga, los iones de litio se dispersan; al descargarse, vuelven a su posición original y las partículas se contraen. La resistencia eléctrica aumenta al cargar y se reduce al descargar.

Dos vehículos recargando batería en una estación de red eléctrica
Dos vehículos recargando batería en una estación de red eléctrica | Getty Images

Carlos Alberto Cordova Tineo, especialista en desarrollo de celdas y carga rápida en Porsche, resume el reto con una frase: "Las baterías, en realidad, quieren descargarse. Hay que obligarlas a lo contrario".

Para explicar el funcionamiento, recurre a una analogía: un restaurante: "En primer lugar, definimos el horario de apertura. A continuación, se plantean diferentes situaciones. O bien se trata de una decisión espontánea de visitar el restaurante, o bien ya hay una reserva. Con una reserva, se accede directamente sin tener que esperar en la puerta. En el caso de una decisión espontánea, entran en juego varios factores: la capacidad del restaurante, el número de plazas libres disponibles, el tamaño de la puerta para determinar cuántas personas pueden entrar simultáneamente y si ya hay una cola".

Si estos aspectos se asignaran a las diferentes características del proceso de carga, la entrada al restaurante sería comparable a la temperatura. "Cuanto más alta es la temperatura, más se abre la puerta, lo que permite que entren más personas al mismo tiempo. A medida que la temperatura desciende, la abertura se reduce, lo que dificulta la entrada simultánea".

Antes de llegar al cliente, las baterías de alta tensión superan un extenso programa de ensayos en carretera y test de laboratorio específicos de Porsche. Allí se estudian los efectos del lithiumplating—depósito de litio metálico que deja de ser utilizable— y las tensiones mecánicas que pueden provocar grietas o roturas en las partículas del ánodo.

La firma ha desarrollado algoritmos propios basados en el comportamiento real de los usuarios: solo en torno al 15 % de las cargas son rápidas. Aun así, en pruebas de estrés, Porsche eleva esa proporción hasta el 50 %. También se reproducen variaciones térmicas, conducción dinámica y escenarios extremos, incluyendo exposiciones a temperaturas de entre 60 y 100 °C y miles de ciclos de carga a lo largo del equivalente a 160.000–300.000 km.

El nuevo Taycan: más potencia, menos tiempos de espera

El esfuerzo de desarrollo se refleja en la última generación del Porsche Taycan. Sus celdas han sido optimizadas para ofrecer más rendimiento y menor resistencia. Para mejorar la gestión térmica, los módulos incorporan refrigeración pasiva y una nueva placa de refrigeración que pasa de 6 a 10 kW. Además, las barras conductoras se han rediseñado para permitir corrientes más altas.

Porsche Taycan 1111 km Challenge
Porsche Taycan 1111 km Challenge | Porsche

El resultado es contundente: el tiempo de carga rápida del 10 al 80 % baja de 21,5 a solo 18 minutos, pese a que la capacidad bruta aumenta de 93,4 a 105 kWh. La potencia de carga sube de 270 a 320 kW, y la temperatura mínima para iniciar la carga rápida se reduce de 25 a 15 °C.

También en conducción se percibe el salto de prestaciones. La corriente de descarga aumenta de 860 a 1.100 amperios, permitiendo aceleraciones más contundentes. Y, pese al incremento de capacidad, el peso total del paquete disminuye de 634 a 625 kg.

Sin duda, con esta estrategia, Porsche busca una batería con tiempos de carga mínimos, prestaciones máximas, seguridad reforzada y fiabilidad a largo plazo.

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