SPOILER: NO
Semáforos laterales en España: ¿puedo ir recto si hay rojo a la izquierda y verde a la derecha?
Es normal dudar cuando ves dos semáforos que se llevan la contraria. ¿Sigues recto o paras? Vamos a resolver una duda que pocos tienen clara.

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Pocas situaciones te van a descolocar más que llegar a un cruce y que tenga un semáforo a la izquierda en rojo y otro a la derecha en verde. Claro, te paras, y dudas mientras el de atrás ya está tocando el claxon, y de paso, tocándote a ti las narices. ¿Puedes ir recto o el verde solo vale para girar? Pues ira, no. No puedes seguir recto si el semáforo izquierdo está en rojo, así que dile al pesado del claxon que se relaje.
Los semáforos asimétricos están diseñados para regular direcciones distintas dentro de un mismo cruce y son bastante normales en las avenidas con varios carriles en las que se permite girar a la derecha mientras los que van recto o a la izquierda deben esperar. La cosa es que a simple vista pueden confundir a más de uno y terminar con una multa o un frenazo de emergencia por malinterpretarlos.
Así que vamos a despejar la duda de una vez, con base en el Reglamento General de Circulación y algunos ejemplos de cruces reales en ciudades como Madrid o Barcelona.

Qué dice exactamente la DGT
La norma no tiene misterio. Los conductores deben obedecer los semáforos situados inmediatamente a su derecha, salvo que vayan a girar a la izquierda o seguir recto, en cuyo caso deben obedecer los situados a su izquierda. Así de simple.
Traducido al escenario clásico: si tienes el semáforo izquierdo en rojo y el derecho en verde, solo puedes girar a la derecha. No puedes seguir recto ni girar a la izquierda. El rojo de la izquierda prohíbe ambas maniobras, y saltárselo equivale a una infracción grave: 200 € de multa y 4 puntos menos en el carnet por saltarte un semáforo en rojo.
La razón no es caprichosa. Estos semáforos asimétricos se instalan en los cruces donde el flujo de tráfico se separa para evitar conflictos entre los que giran y los que siguen recto. Si el izquierdo está en rojo es porque al frente viene tráfico en sentido contrario o se está permitiendo el paso a peatones.
Ejemplos prácticos y casos reales
Este tipo de cruces son comunes en avenidas como la Castellana (Madrid) o la Diagonal (Barcelona), donde los carriles exteriores pueden girar a la derecha mientras los interiores esperan. Si el derecho está verde, ese carril tiene vía libre solo para girar, y quien esté más centrado o pretenda ir recto debe detenerse hasta que su semáforo, el izquierdo, se ponga en verde.
Ya tenemos cámaras y radares de semáforo controlando estos cruces, y pasar el rojo “por despiste” no sirve de excusa. Si ves luces distintas, olvídate de improvisar, porque el rojo de la izquierda manda para ir recto.

Casos especiales y excepciones
Hay una excepción que a veces genera confusión: los semáforos con flechas luminosas. Si la luz verde tiene una flecha hacia la derecha, entonces solo permite ese giro, y no otra maniobra. Si en cambio es un círculo verde sin flecha y no hay semáforo a la izquierda, podría interpretarse como luz general, pero siempre hay que fijarse en la posición y el sentido del carril.
En España, además, no se puede girar a la derecha en rojo salvo que haya señal específica que lo indique, algo que sí ocurre en países como EE. UU. o Alemania. Aquí, rojo es rojo, aunque la calle esté vacía. Por eso estos semáforos diferenciados son tan útiles, porque permiten mantener la fluidez sin poner en riesgo a peatones ni a quienes vienen de frente.
Por si aún te quedan dudas, aplica la regla de oro: cada semáforo controla su propio carril y maniobra. El de la derecha solo sirve si vas a la derecha; el de la izquierda, si vas recto o giras a la izquierda. Cualquier otra interpretación te costará puntos, dinero y un buen susto.

Si te encuentras con un rojo a la izquierda y un verde a la derecha, solo puedes girar a la derecha. No puedes seguir recto, te pongas como te pongas. Esta norma lleva vigente desde 2003 y no ha cambiado ni una coma.
En los exámenes teóricos de la DGT es una de las trampas más frecuentes, y también lo es en la vida real, porque a veces los cruces parecen diseñados para poderte multar.
Así que, la próxima vez que te toque ese cruce maldito y escuches el claxon detrás, no te pongas nervioso. Si vas recto y el rojo está a la izquierda, quédate quieto. El verde de la derecha no va contigo.
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