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Descarbonización con hidrógeno: la nueva solución contra la carbonilla del motor

Recupera potencia, reduce consumo y evita averías con un método cada vez más utilizado en talleres.

Un mecánico con el capó del coche abierto

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Según Felipe Sacristán, mecánico y divulgador en el canal Taller Mecánico RedISTA, el problema más grave de los motores de combustión, tanto diésel como gasolina, es la acumulación de carbonilla, un residuo que se genera como resultado de la combustión del combustible.

Cuanto más grande es el motor, mayor es el volumen de aire y combustible que maneja, y por tanto, más residuos se generan. Esa carbonilla se va adhiriendo progresivamente a diversas partes internas: cámara de combustión, válvulas de admisión y escape, el sistema EGR (recirculación de gases) e incluso los segmentos del pistón. Con el tiempo, esto provoca formación de costras sedimentadas que dificultan el correcto funcionamiento del motor, reduciendo su rendimiento, eficiencia y suavidad.

Además, parte de estos residuos llega al sistema de escape y satura el filtro de partículas (DPF). Cuando esto ocurre, en muchos casos la única solución efectiva es levantar la culata y limpiar manualmente todas las partes afectadas, lo que representa un coste muy elevado.

¿Qué soluciones hay?

Existen tres tipos:

  • Aditivos químicos: se vierten en el depósito con la esperanza de disolver los residuos. Sin embargo, según Sacristán, son poco eficaces, ya que solo logran una disolución parcial. El residuo suelto puede desplazarse y terminar obstruyendo otros componentes como el propio filtro de partículas. Esto puede provocar fallos de motor y costosas averías.
  • Limpieza mecánica directa: consiste en desmontar e intervenir directamente sobre las piezas afectadas (válvulas, EGR, DPF), lo cual es eficaz pero caro y laborioso.
  • Descarbonización por hidrógeno (HHO): aquí es donde entra la tecnología más interesante y, según el canal, más efectiva. Mediante una máquina específica, se genera un gas (hidrógeno) que se inyecta junto con el aire en la admisión del motor. Esto permite que el gas entre en la cámara de combustión y queme o desprenda la carbonilla acumulada, de forma progresiva y sin desmontar el motor.

Ventajas del hidrógeno como limpiador interno

  • Limpia desde el interior: al pasar por las cámaras y conductos, el hidrógeno actúa como una “niebla húmeda” que empapa y disuelve los residuos.
  • Recupera compresión y potencia: al liberar los segmentos del pistón y limpiar válvulas, mejora la eficiencia de la combustión.
  • Desbloquea el filtro de partículas: gracias al aumento de temperatura y la combustión secundaria, puede llegar a regenerar parcialmente el DPF.
  • Resultados reales: se han registrado casos como el de un BMW 530d que, tras descarbonizarse, redujo su consumo de 7,5 a 6,8 litros cada 100 km en autopista (Madrid–Vitoria a 120 km/h).

Según Sacristán, este método consigue una mejora de hasta 96 % en comparación con otros métodos menos eficaces.

¿Cuándo descarbonizar?

Incluso en coches relativamente nuevos, la carbonilla empieza a acumularse desde los primeros kilómetros si el uso es urbano o con trayectos cortos. Sacristán recomienda realizar una descarbonización cada 15.000 a 20.000 km, especialmente si el coche se utiliza en ciudad, se apaga antes de alcanzar temperatura óptima o se arrastra una EGR sucia.

Descarbonizar el motor mediante hidrógeno, especialmente si se combina con aditivos tecnológicos específicos, es una alternativa eficaz, económica y preventiva para mantener el motor limpio, recuperar prestaciones, alargar la vida útil del filtro de partículas y ahorrar combustible.

Una buena práctica que puede evitar averías costosas y mejorar el rendimiento general del coche.

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