TENERLO PARADO TAMBIÉN CUESTA DINERO

Así cambia tu coche (y tu bolsillo) si lo usas solo los fines de semana

Cuando un coche pasa cinco días seguidos sin moverse, la batería sufre, los neumáticos tienden a deformarse y los fluidos pierden eficacia. A largo plazo, ese "descanso" puede salir caro. Aunque no lo veas, el coche se deteriora en silencio.

Caja de seguridad para llaves de coche

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Parece lógico pensar que, si solo usas tu coche los fines de semana, se conservará mejor. Menos kilómetros, menos desgaste, menos riesgos. Pero la realidad no es tan sencilla. Cuando un coche pasa cinco días seguidos sin moverse, la batería sufre, los neumáticos tienden a deformarse y los fluidos pierden eficacia. A largo plazo, ese "descanso" puede salir caro. Aunque no lo veas, el coche se deteriora en silencio.

Además, tener un coche parado no significa tenerlo gratis. Al contrario. Solo con el seguro obligatorio, el impuesto de circulación y las revisiones mínimas, ya hay una base fija que hay que asumir cada año, y eso sin contar averías imprevistas o el coste de la plaza de garaje, si la hay. En total, incluso sin circular, un coche en propiedad puede costarte más de 3.700 euros al año. Y si solo lo usas los fines de semana, cada salida te está saliendo a precio de hotel de lujo.

Por eso cada vez más conductores se plantean si merece la pena seguir manteniendo un coche en propiedad cuando su uso real es tan limitado. Ya no se trata solo de hacer números, sino de pensar en la lógica del día a día. ¿Tiene sentido asumir todos esos costes para algo que solo utilizas ocho días al mes?

Otras fórmulas que pueden salirte a cuenta

La suscripción es una opción que cada vez suena con más fuerza. Plataformas como My Hertz Weekend ofrecen coches disponibles de jueves a lunes por una cuota mensual fija. El coche lo usas cuando lo necesitas, y ellos se encargan del resto: seguro, mantenimiento, revisiones. Con precios que rondan los 199 euros al mes, es fácil ver cómo los números empiezan a cuadrar. Y no hay que preocuparse por averías o papeleos.

Otra alternativa más radical es el alquiler puntual. Si solo necesitas el coche 15 o 20 fines de semana al año, puedes recurrir a empresas de alquiler tradicionales. Calculadora en mano, incluso con una tarifa moderada, puedes quedarte por debajo de los 1.500 euros anuales. Y eso es menos de la mitad de lo que cuesta mantener tu propio coche parado durante todo el año. Claro que aquí entra en juego la comodidad y la planificación previa, pero para muchos es un precio razonable.

También hay opciones intermedias, como compartir coche con alguien de confianza. Un coche comunitario para varios vecinos, amigos o familiares. No es para todos, pero cuando funciona, permite repartir gastos y responsabilidades. Y lo mejor de todo: nadie tiene la carga completa de ser propietario. Solo se usa, se disfruta y se aparca hasta la próxima.

Libertad o tranquilidad: tú eliges

A algunos les compensa seguir con su coche, aunque solo lo usen los fines de semana. Tenerlo siempre disponible, conocer su historial, conducir algo que les gusta... Son razones válidas. Pero incluso en esos casos, conviene ser conscientes de lo que cuesta esa libertad. Porque aunque no lo parezca, tener el coche parado cinco días a la semana también pasa factura, y no solo en lo económico.

Para quienes priorizan la tranquilidad, las opciones de suscripción o alquiler ofrecen una forma más despreocupada de moverse. No hay que pensar en cuándo toca pasar la ITV, ni si los neumáticos han perdido presión, ni si el seguro se ha renovado. Simplemente, se conduce cuando hace falta y se olvida el resto del tiempo. Es otro modelo, quizá menos romántico, pero mucho más práctico para ciertos estilos de vida.

Al final, la elección no va solo de números. Va de cómo quieres vivir tu relación con el coche. Si lo usas poco y te pesa más mantenerlo que disfrutarlo, tal vez ha llegado el momento de dejar de tener coche y pasar a simplemente tener acceso a uno. A veces, menos es más.

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