ESCÁNDALO EN CHINA
Varias marcas chinas importantes timaron al Gobierno para recibir subsidios que no les correspondían
Firmas como BYD y grandes grupos como Chery engañaron al ejecutivo de su país, según ha informado recientemente Bloomberg, para obtener ayudas a pesar de no cumplir todos los requisitos.

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Hay quien sigue teniendo perjuicios con las marcas chinas y sus coches. Lo cierto es que lo que os vamos a contar da en parte la razón a los excépticos más tradicionales, pero no por los propios vehículos sino por sus malas artes para conseguir ayudas estatales. Según informa la agencia Bloomberg, en la década pasada hubo varias firmas y empresas del gigante asiático que actualmente las tenemos por las nubes pero que, en un tiempo no muy lejano hacia atrás, engañaron al Gobierno de China. El fin no era otro que obtener unos subsidios a la hora de fabricar modelos en serie.
Para ser más exactos, desde el ejecutivo chino se ha llevado a cabo una auditoría que ha puesto la lupa en el programa de subsidios que se les otorgó a los fabricantes de automóviles entre los años 2016 y 2020. Al parecer, algunos habrían recibido fondos que en realidad no les tendría que haber correspondido dado que no cumplían fielmente los requisitos establecidos. Hablamos de que se repartieron cerca de 864 millones de yuanes (unos 103 millones de € al cambio actual) y algunos de los que chuparon del tarro fueron: Chery para sus marcas Omoda y Jaecco, y BYD.
El Gobierno chino daba hasta 7.164 € por coche
Desde comienzos de la década del 2010, el Gobierno de China lanzó su programa de subsidios para vehículos eléctricos de hasta 60.000 millones de yuanes (7.164 € actuales) por unidad. Al hilo de lo comentado desde el principio, hay que contar que las ayudas se transmitieron en grandes cantidades a los fabricantes, quienes después podían aprovecharlas para bajar muchísimo los precios a los clientes finales. Así las cosas, se ha demostrado que el que plan tenía más estafas que los números ocultos de teléfono, y solo en 2016 se estima que se solicitaron, de forma fraudulenta, unos 9.300 millones de yuanes (1.110 millones de €).
Como consecuencia, al Gobierno de China no le ha quedado otra que pedir a los fabricantes y a las marcas que se dejen de chanchullos con los precios y que dejen de hacer cosas raras para vender más coches, como por ejemplo que den modelos a distribuidores al por mayor bajo la categoría de "vehículos usados sin kilometraje" para registrarlos como ventas finales, aunque todavía estén expuestos en los concesionarios. Una práctica que han descubierto hace poco y que puede explicar, en una pequeña parte, algunas cifras muy infladas a nivel comercial. Como se suele decir: no es oro todo lo que reluce.
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