Los décimos de la Lotería de Navidad se pone a la venta en verano, pero todos sabemos que la mayor parte de los números se compran casi al final. Y aunque para algunos no es más que un trámite, para otros se convierte en un absoluto ritual. Y es que la superstición es una de las grandes aliadas del sorteo. Ya que la probabilidad no juega de nuestra parte, que lo haga la suerte.

Algunos necesitan entrar a la administración de Lotería saltando a la pata coja; otros, que el décimo se lo entreguen con una mano concreta. Son muchas las curiosidades que los loteros ven en sus establecimientos, como María Jesús Reguera, de la administración 470 de Madrid, que atendió a una clienta convencida de que le tocaría el Gordo al haber soñado con un número. "Y vino a por dos décimos", dice a laSexta, sonriendo, porque "curiosamente" pudo comprarlo desde la terminal.

Castor Zareño, de otra administración madrileña de loterías, recuerda a la gente a la que "tienes que darle el décimo con la mano izquierda", mientras que otra compañera recuerda a una mujer que "si no tiene a un señor delante, no compra". Jorge Mories, de la administración Los Chicos de Oro, también tiene su historia para recordar: la de aquella vez que un cliente entró "así", dice, pegando un saltito con la pierna derecha, y le acabaron tocando "100 pavos". "Oye, pues mira, no está mal".

Están también los que en lugar de con la mano izquierda quieren recibir su décimo con la mano derecha, pero también quienes piden a sus propios loteros que se lo pasen por la espalda, pero la estrella de los rituales es la de siempre: pasarlo por alguna estampa o por algún santo. "Me lo pasas por el santo, que si no mi madre no lo quiere", dice un cliente.

Pero quien dice santo, dice elefante. No en todas las administraciones, claro está, pero sí en El Elefante de Arenal, en el centro de la capital, donde Magalí Desborde se lo toma con humor: "Nos van a desgastar la trompa... del elefante. Pero es que nos trae la suerte", asegura. Las historias desde las ventanillas de las administraciones son infinitas.

El último décimo de la ventanilla

Otra manera de llamar a la suerte es la de esperar no hasta el último sino hasta el ultimísimo momento para comprar Lotería. "Están ya esperando para ser el último cliente de este sorteo", explica Óscar de Toro, de la administración Venecia, a quien más de una persona le ha preguntado a qué hora cierra, para llevarse la última papeleta colgada de la ventanilla.

Sea cual sea el ritual, superstición o manía, todas sirven para mantener la ilusión hasta el día del sorteo. Y también hasta el día del sorteo se puede utilizar el Lotómetro, en el que puedes ir introduciendo todos los números con los que juegas en el sorteo y el mismo 22 de diciembre, comprobar a la vez cada número para ver si te ha tocado algo. Con esto y tus rituales, ya no te queda más que esperar. ¡Suerte!