Obsesión patológica por la alimentación saludable
Ni saludable ni recomendable: por qué la ortorexia (la obsesión por comer sano) puede afectar a la salud
Las personas afectadas experimentan una obsesión patológica por la alimentación saludable, lo que conlleva riesgos de desarrollar trastornos de conducta alimentaria, de padecer un alto grado de estrés y ansiedad y otros problemas.
La ortorexia es un trastorno que está cada vez más en auge en las sociedad actuales. Se trata de una obsesión por la comida saludable, por comer e ingerir solo productos sanos. Las personas afectadas tienen una obsesión patológica por la alimentación saludable, lo que conlleva riesgos de desarrollar trastornos de conducta alimentaria (TCA) y de padecer un alto grado de estrés y ansiedad.
También se asocia la ortorexia a problemas físicos de salud como anemias, carencias de micronutrientes y osteoporosis. De este modo, lo advierte la Dra. Teresa Montoya, jefa del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Infanta Elena (Valdemoro, Madrid) en una reciente nota informativa, coincidiendo con la semana de la Nutrición.
Según algunos estudios, la ortorexia puede afectar al 1-3% de la población, aunque la cifra está creciendo sobre todo en jóvenes de hasta 45 años, e incluso puede ser aún más elevada entre los atletas o las personas con trastornos alimenticios previos.
Tal como explica la doctora Montoya, la ortorexia es aún un trastorno reciente y en estudio, por lo que aún no está publicado en el Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (DSM-5) y que se está valorando si enmarcar entre los trastornos alimentarios o entre los obsesivos.
Síntomas o indicadores de la ortorexia
La ortorexia -explica la doctora- es un término que se acuñó a finales del siglo XX -durante el auge social de la salud y wellness- por el médico Steven Bratman, ha ganado relevancia en los últimos años porque está aumentando entre los jóvenes.
Así, son numerosos estudios los que han analizado los patrones alimentarios de jóvenes y adolescentes demostrando que, a pesar de tener normo peso o peso normal, realizan dietas para perder peso.
"Hoy en día se impone la delgadez como sinónimo de éxito social: vivimos en una sociedad muy expuesta a las redes sociales que están modificando nuestro habito alimentario y existen numerosas dietas en el mercado disfrazas de estilo de vida saludable que indicen a patrones rígidos de alimentación", denuncia la doctora.
Algunos de los indicadores que pueden alertarnos de que podemos estar ante un trastorno de este tipo (bien en nosotros/as mismos o en otras personas cercanas) son, tal como nos explicaban en este artículo Qué es la ortorexia y por qué comerte un donut o helado de vez en cuando no es malo, desde el Instituto Centta, eran fundamentalmente (además de la obsesión por comer siempre sano):
- La lista de alimentos prohibidos es mayor que la de los alimentos permitidos.
- Dedicar grandes cantidades de tiempo a estructurar su alimentación.
- Planificación obsesiva por las ingestas que conllevan una gran disminución de la calidad de vida.
Efectos físicos y psíquicos de la ortorexia
Las consecuencias de esta obsesión, tal como hemos presentado al principio, implica tanto a la salud física como también a la salud mental. "La ortorexia representa una forma extrema de control sobre la dieta, en la que el individuo se convierte en esclavo de reglas alimenticias cada vez más restrictivas", afirma la doctora Montoya.
De este modo, enumera esta profesional, desde una perspectiva física, la ortorexia puede conducir a deficiencias nutricionales debido a la exclusión de grupos enteros de alimentos considerados "no saludables" y a una disminución en la ingesta calórica, lo que puede resultar en pérdida de peso no deseada e incluso desnutrición. "La restricción dietética excesiva puede provocar desequilibrios en vitaminas, minerales y otros nutrientes esenciales para el cuerpo", explica.
Por otro lado, y desde el punto de vista psicológico, la ortorexia puede provocar ansiedad extrema, estrés y aislamiento social. "Quienes la sufren a menudo experimentan una sensación de culpa abrumadora cuando se ven obligadas a comer alimentos que consideran "no saludables" y esta preocupación obsesiva por la calidad de los alimentos puede dominar sus pensamientos y afectar negativamente su calidad de vida en general", advierte.
Es por ello que el tratamiento de este problema debe ser integral, especializado y profesional. "Al tratarse de un trastorno psicológico complejo, la ortorexia requiere de este tipo de intervención que generalmente implica terapia cognitivo-conductual para abordar los patrones de pensamiento distorsionados y ayudar al individuo a desarrollar una relación más equilibrada y saludable con la comida", concluye la doctora Montoya.