No había forma de que el adolescente de 15 años dejara el móvil. Su madre, tras un leve forcejeo, se lo quitó para que estudiara, según refleja la sentencia. El joven puso una denuncia en la Guardia Civil y el caso llegó a los tribunales.

La Fiscalía llegó calificar los hechos como un delito de malos tratos y solicitó una pena de nueve meses de prisión. Ocurrió en El Ejido, Almería, el pasado 28 de febrero. Ahora, el juez absuelve a la mujer porque asegura que en todo momento cumplió con su papel de madre.

En el fallo, el magistrado hace hincapié en que entre esas obligaciones está la de preocuparse por la educación, que es precisamente lo que hizo la acusada. Su abogado asegura que casos como este reflejan la confrontación que existe a veces entre la ley de Protección al menor y el control que deben ejercer los tutores.

"El menor muchas veces manipula. Los padres tienen que educar a sus hijos", explica Rafael Alcántara, abogado de la madre. Para el magistrado, podría ser el momento de actualizar el marco que regula las relaciones entre padres e hijos, en el código civil.