INVESTIGACIÓN EN EL ESPACIO

Astrónomos detectan un "latido" a miles de millones de años luz, ¿podría ser una señal extraterrestre?

Se trata de la señal más larga y clara que ha sido detectada hasta la fecha.

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En radioastronomía, las ráfagas rápidas de radio (FRB, por sus siglas en inglés) son un fenómeno que libera una enorme cantidad de energía (en un milisegundo la misma que el Sol en tres días) y se manifiesta como un pulso de radio, como un latido, que en promedio dura unos pocos milisegundos. Pese a esta cantidad de energía, la señal que recibimos es tan lejana, millones de años luz, que los científicos que las descubren afirman que a la Tierra llega una señal mil veces menor que la de un móvil en la Luna.

Desde que se descubrió el primer FRB en 2007, se han detectado cientos de destellos de radio similares provenientes de todo el universo. Uno de los grandes centros para su estudio es el Experimento Canadiense de Mapeo de Intensidad de Hidrógeno o CHIME, un radiotelescopio que consta de cuatro de 100 x 20 metros cada una. La tarea de CHIME es observar continuamente el cielo para captar ondas de radio emitidas por el hidrógeno en los primeros instantes del universo. Pero su sensibilidad también le permite detectar las FRB. De hecho, desde que empezó a funcionar, en 2018, ya ha detectado cientos de estas ráfagas.

La gran mayoría de los FRB observados hasta la fecha son únicos: ráfagas ultrabrillantes de ondas de radio que duran unos pocos milisegundos antes de apagarse. Pero en 2020 el CHIME detectó el primer FRB periódico, uno que parecía emitir un patrón regular de ondas de radio. Esta señal consistía en una ventana de cuatro días de ráfagas aleatorias que luego se repetían exactamente cada 16 días, luego 12 días de “silencio” y las ráfagas volvían. Así fue durante más de 500 días. La señal provenía de una fuente desconocida a 500 millones de años luz de la Tierra.

Ahora, un equipo de astrónomos del MIT, liderados por Daniele Michilli, ha detectado una señal de radio tan extraña y aún más persistente y regular que la anterior. Lo que hace diferente a esta FRB es que mientras la mayoría de las conocidas hasta la fecha duran unos pocos milisegundos, esta persiste hasta tres segundos, aproximadamente 1000 veces más que el FRB promedio.

Dentro de esta ventana, el equipo de Michilli detectó ráfagas de ondas de radio que se repiten cada 0,2 segundos en un claro patrón periódico, similar al latido de un corazón. Los autores del estudio, publicado en 'Nature', la han bautizado FRB 20191221A, y actualmente es la de mayor duración y con el patrón periódico más claro, detectada hasta la fecha.

Todo comenzó el 21 de diciembre de 2019 cuando CHIME detectó una señal de un FRB potencial, lo que inmediatamente llamó la atención de Michilli, quien estaba escaneando los datos entrantes. "Era inusual – explica el propio Michilli en un comunicado–.

La señal no solo era muy larga, con una duración de unos tres segundos, sino que hubo picos periódicos que fueron notablemente precisos, emitiendo cada fracción de segundo, boom, boom, boom, como el latido de un corazón. Esta es la primera vez que la señal en sí tiene esta periodicidad".

La fuente de la señal se encuentra en una galaxia distante, a varios miles de millones de años luz de la Tierra. Exactamente cuál podría ser esa fuente sigue siendo un misterio. Para hallar una respuesta, el equipo de Michilli analizó el patrón de las ráfagas de radio y descubrió similitudes con las emisiones de púlsares de radio y magnetares en nuestra propia galaxia.

Los púlsares de radio son estrellas de neutrones que emiten haces de ondas de radio, unos que parecen "latir" a medida que la estrella gira, mientras que los magnetares producen una emisión similar debido a sus campos magnéticos extremos.

La principal diferencia entre la nueva señal y las emisiones de radio de otros púlsares y magnetares es que esta parece ser más de un millón de veces más brillante.

"No hay muchas cosas en el universo que emitan señales estrictamente periódicas – añade Michilli –. Ejemplos que conocemos en nuestra propia galaxia son los púlsares de radio y los magnetares, que giran y producen una emisión de rayos similar a un faro. Y creemos que esta nueva señal podría ser un magnetar o púlsar, pero con esteroides. Esta detección plantea la pregunta de qué podría causar esta señal extrema que nunca antes habíamos visto y cómo podemos usarla para estudiar el universo. Los futuros telescopios prometen descubrir miles de FRB al mes, y en ese momento podemos encontrar muchas más de estas señales periódicas".

Una posible opción es usar las FRB como reloj astrofísico: la frecuencia de los estallidos y cómo cambian a medida que la fuente se aleja de la Tierra, podría usarse para medir la velocidad a la que se expande el universo.

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