SUEÑO
Dormir arropado en verano: la explicación científica detrás del hábito
Dormir con manta en pleno verano puede parecer una rareza, pero la ciencia tiene algo que decir al respecto.Más allá de la costumbre, este hábito está relacionado con beneficios para la relajación, el sueño y la salud mental.

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Aunque las altas temperaturas inviten a dormir sin cubrirse, muchas personas no conciben descansar sin una manta, incluso en las noches más calurosas. Este comportamiento, que podría parecer un simple capricho, cuenta con explicaciones que van más allá de la comodidad y se adentran en el terreno de la psicología y la ciencia.
La preferencia por dormir arropado, incluso cuando el calor es intenso, responde a más que una costumbre. Estudios indican que la sensación de estar cubierto activa el sistema nervioso parasimpático, responsable de promover la relajación y disminuir el estado de alerta del organismo. Así, el cuerpo y la mente entran en un estado más propicio para el descanso, lo que ayuda a conciliar el sueño y mantenerlo durante la noche.

Investigaciones de la Universidad de Californiahan demostrado que la presión ligera ejercida por una manta puede contribuir a aliviar dolencias como el dolor crónico y mejorar la calidad del sueño. Además, se ha observado que este hábito podría ayudar en casos de ansiedad y depresión, proporcionando una sensación de seguridad y calma que favorece el bienestar emocional.
Sin embargo, no todos se benefician de esta práctica. Aunque se ha popularizado su uso en niños con TDAH o trastorno del espectro autista, no existen pruebas concluyentes de que aporte mejoras en estos casos. En ciertos individuos, sobre todo menores, las mantas pueden aumentar la incomodidad y generar más ansiedad, por lo que su uso no es universalmente recomendable.
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