Antonio Anglés se dio a la fuga hace 31 años y su paradero sigue siendo desconocido. El asesino de las niñas de Alcàsser desapareció en enero de 1993 y nunca se supo nada más de él, aunque la Guardia Civil estuvo cerca de pillarlo en su escondite de Alborache.

Fue después de que, durante el registro a la vivienda familiar, los agentes fueran testigos de una sorprendente llamada a Kelly, la hermana del criminal: "Kelly, soy yo, Rubén. Cuando venga, le dices a 'El Rubio' que vaya donde está el plato y la maneta de la moto; que traiga los dos sacos de dormir y los cereales y la leche que hay encima de la nevera. ¿Sabes?, lo antes posible".

En la vivienda se encontraba en ese momento Miguel Ricart, quien confirmó a la Guardia Civil que él era 'El Rubio', tras lo que los agentes llevaron al joven a comisaría, donde pasó la noche. Finalmente, a la mañana siguiente, Ricart accedió a contar el significado de ese mensaje que había recibido Kelly: indicó que la moto a la que se refería era una que habían robado y que tenían en una caseta de Alborache.

"El instructor del atestado informó a su superior de que iba a ir allí con los hombres que tenía para detener a Anglés, pero el capitán temía que lo recibiera a tiros, porque sabía que iba armado con la pistola que había utilizado para matar a las niñas, por lo que se retrasó el momento de ir a buscar a Anglés", indicó la periodista Teresa Domínguez en la docuserie 'Anglés: Historia de una fuga', a lo que añadió: "Cuando van, se encuentran excrementos tibios posiblemente de Antonio Anglés, lo que indica que no hacía tanto que se había ido",