Después de beber una taza de té de la casa de la víctima, Jane descubre un conejo que estaba encerrado en una cacerola y persigue al animal hasta el patio de un vecino. Allí, conoce a una chica joven que dice ser su hija, algo que no puede ser ya que ésta fue asesinada por John el Rojo junto a su esposa.
El té que bebía contenía belladona, un alucinógeno venenoso, y la existencia de la niña estaba completamente en su mente. Cuando Jane se recupera y trata de trabajar en el caso, tiene que lidiar con el hecho de que la alucinación de su hija ha decidido quedarse por un tiempo con el objetivo de ayudar a resolver el crimen.
Le llamó la atención
Un criminólogo analiza los restos del matrimonio asesinado: "Ambos cráneos presentan graves lesiones, uno de ellos está muy fragmentado"
Nada más ver los restos, los agentes de la Policía Científica saben que se encuentran ante los cuerpos de "personas mayores". "El tipo de ropa, las prótesis y la dentadura postiza" lo evidencian.