Un turista británico le ha cambiado, con su muerte, la vida al botones que conoció en un viaje a Turquía hace treinta años. Le ha legado parte de su fortuna, después de tres décadas acudiendo al mismo hotel y siendo atendido por el mismo asistente.

El botones ahora podría retirarse y dejar de trabajar, pero dice que va a seguir haciéndolo. Puedes ver sus razones en el vídeo que acompaña estas líneas.