Para que un medicamento funcione realmente, para que ejerza su función dentro de nuestro organismo, es fundamental tomarlo en la forma adecuada, es decir, siguiendo siempre las indicaciones o las instrucciones del medicamento y sobre todo, siguiendo los consejos y las pautas a seguir de nuestro médico o facultativo.

La farmacéutica Marian García, más conocida como Boticaria García, advierte la importancia de tomar los medicamentos de forma correcta para que no haya consecuencias. En ocasiones, tomar los alimentos con las comidas puede aumentar la toxicidad del fármaco porque no podamos eliminarlo o bien puede perder su efectividad porque el alimento lo anule.

Por ello, explica García hay medicamentos que se toman en ayunas y otros que se pueden tomar con las comidas o que es necesario tomar con las comidas, bien entre la comida o después. Por ello, es fundamental -sostiene la experta- seguir siempre las indicaciones del medicamento: para que este funcione realmente, para que haga su efecto contra el síntoma o enfermedad y para que no haya consecuencias.

Si no se toma bien, el fármaco puede provocar toxicidad

Lo peor que nos puede pasar es que el medicamento se convierta en tóxico porque el cuerpo no sea capaz de eliminarlo bien. Ya que, tal como explica la farmacéutica, si un medicamento usa el mismo canal que un alimento para degradarse, ese canal se satura y no da abasto, lo que aumentaría los niveles del fármaco y produciría por tanto, esa toxicidad en el organismo.

Un ejemplo que expone García es el de la metformina, un fármaco utilizado para la diabetes tipo 2. Los pacientes deben tener una dieta baja baja en grasa y poco calórica con el medicamentos porque de lo contrario, el fármaco se absorbe menos y aumentan por tanto los efectos adversos gastrointestinales.

También es clave tener en cuenta otros factores a la hora de tomar los medicamentos para que realmente tengan la eficacia que necesitamos. Así, tal como expone la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS), los medicamentos deben conservarse en un lugar seguro a una temperatura adecuada (observar el en de cada fármaco) y seguir perfectamente la posología o cantidad que debemos tomar, según nos indique nuestro médico.