Saad buscaba una habitación en un piso compartido y la encontró. El problema vino unas horas más tarde, cuando una de las inquilinas le explicó que no podía quedarse ya que había hablado con su padre y éste no quería "ni moros ni gitanos" en la vivienda.

"Yo intenté que hubiese un entendimiento, conocer a su padre y que viera qué clase de persona soy", explica el joven. Sin embargo, la negativa fue rotunda. La chica aseguró que ya había hablado con el padre, a quien le trasladó que el inquilino "vestía bien y tenía trabajo", pero el progenitor no accedió.

Karoline Fernández de la Hoz, directora del Observatorio sobre el Racismo y la Xenofobia, asegura en laSexta Xplica que anualmente contabilizan unos 1.800 incidentes por delitos de odio, de los cuales el 90% no se denuncian. ¿Los motivos? "La gente tiene miedo, piensa que no se van a resolver... Nos hace falta un rechazo social a los incidentes racistas", manifiesta.