"Yo empecé a cocinar hace 28 años y nunca he sabido muy bien por qué. Sí recuerdo que para ser cocinero me dijeron que había que ir a una escuela y parecía algo tan chulo que dije, me meto que mal no irá la cosa. Pensé, como mínimo comida no me va a faltar, porque voy a estar en una cocina.  El primer día que entré en una cocina me enamoré, y hasta hoy", explica el chef.

"El primer día que entré en una cocina me enamoré"

'Pesadilla en la cocina' ha triunfado en parte por la labor de ‘coaching’ que hace el cocinero madrileño,  que empieza por trabajar con un restaurante y termina interviniendo en la vida de los trabajadores. “Yo creo que la gente que me reclama necesita sí o sí una implicación personal. Todo lo que te ocurra a ti con tu manera de entender la vida se refleja en el negocio. La mayoría de las veces lo uno va mal porque lo otro tampoco funciona. Si no eres capaz de hacer felices a los demás, ¿cómo demonios piensas triunfar en un negocio como este?".

Iñaki López ha recordado una de las mejores frases de Alberto Chicote, sentencia que ha realizado en uno de sus programas. Una de ellas es: 'Para resurgir de las cenizas primero hay que quemar los cimientos'. El chef se reafirma y aporta su teoría: "No puedes pretender empezar de cero si conservas el suelo que pisas. Vamos a olvidar un pasado bastante oscuro en la mayoría de las ocasiones y vamos a empezar de cero".

A pesar de las apariencias, el cocinero asegura que es una persona poco paciente, pero en su trabajo trata de enfrentar las cosas con mucha filosofía. Normalmente, el problema suele surgir de las personas que regentan los restaurantes: “Cuando una cocina está sucia es algo que puedes solucionar en una tarde, cuando no entiendes el negocio como debes, eso ya lleva una labor más importante".