España tiene un mal: el mileurismo. Este término no es nuevo. Nació en 2005 como un fenómeno aislado, propio de una generación joven, con formación, y con problemas para encontrar trabajo. Ahora, se ha extendido y ser 'mileurista' es una precariedad generalizada que afecta a cuatro de cada diez españoles.

Además, el escenario es mucho peor. La pérdida de poder adquisitivo hace que los 1.000 euros de 2005 equivalgan a unos 750 de este 2024. Loreto es un claro ejemplo. Asegura que lleva una década siendo mileurista y paga 450 euros de alquiler, 100 de luz, 50 de agua y unos 200 de comida, 60 de escuela infantil y 50 euros al mes en gasolina solo de sueldo.

"Me queda 90 euros para el mes. No tengo la opción de poder viajar, de darme un capricho, de ir a cenar por ahí...", ha lamentado la mujer, que asegura que "prefieren tenernos así, atadas".