Tras la Segunda Guerra Mundial, el elegante hombre del momento, Winston Churchill, fue el encargado de certificar la muerte de la alianza con Stalin. Los dos antiguos aliados eran ahora potencias nucleares enfrentados en la Guerra Fría.

Durante 46 años, cada una de las decisiones que tomaron Estados Unidos y la URSS para debilitar al contrario sembraron el pánico mundial a un apocalipsis nuclear.

La tensión duró hasta que llegó Mijaíl Gorbachov, ascendido a jefe supremo de los soviéticos. Desde 1990 hasta hoy, la OTAN ha reclutado 14 nuevos miembros, todos países del este de Europa, avanzando sin parar hasta Rusia.

Hoy, Vladimir Putin denuncia que se les prometió que esto jamás ocurriría. "Ni un centímetro hacia el este, nos dijeron en los 90. ¿Y qué? Nos engañaron", denuncia.