Hay una guerra entre la energía que necesitamos y la disponible. La consecuencia es que Reino Unido ha llegado a pagar casi 3.000 euros por megavatio hora. Italia, Alemania y España llevan meses arrastrando cifras récord, con picos de más de 300 euros. Lo paradójico es que ese precio viene marcado por el gas que, sin embargo, genera sólo una pequeña parte de la electricidad.
"El gas afecta a la luz aunque produzca parte pequeña por el sistema de fijación de precio de la luz. La energía más cara que entra cada hora a producir electricidad determina el precio de todas las centrales que participan en esas centrales de esa misma hora independientemente de su precio. Esto impide que podamos ver el beneficio de tener más renovables en el mercado eléctrico porque está enmasacarado por el precio del gas", explica Sara Pizzinato, responsable de Energías Renovables en Greenpeace, a laSexta Columna.
Además, el precio del gas ha subido por diversos factores, como la pandemia, la especulación financiera, la dependencia rusa por el gas o el cierre de uno de los gasoductos de Argelia.