Rosario Porto ha seguido el ejemplo de su exmarido y ha decidido establecer el primer contacto con el exterior. La madre de Asunta Basterra, acusada del asesinato de su hija, ha escrito una carta clamando una vez más su inocencia.
El destinatario ha sido un programa de televisión. El remitente no deja lugar a dudas, la manda desde la cárceld e Teixero en A Coruña donde lleva 39 días con la única visita de su abogado. Cuentan que ni siquiera su familia y amigos aceptan su llamada semanal.
Las 50 líneas de esta carta son su primer desahogo público. Apenas un folio por las dos caras, escrito desde su celda en el módulo de mujeres, en la que confiesa: "He tenido que asistir atónita al feo, feroz y absurdo sensacionalismo".
Aún estando bajo el protocolo antisuicidio, Rosario sigue las noticias en televisión. Pero además, tiene en cuenta cómo la han recibido en cada uno de los registros. "Las circunstancias que rodean el fallecimiento de mi hija, considero que no son de interés para nadie más que, por desgracia, plara los directamente afectados".
El otro afectado es su exmarido, Alfonso Basterra, al que ni siquiera le concede una visita. En concreto dice que no le quiere ver ni en pintura tras la última conversación grabada en los calabozos el día de sus detenciones.
Rosario no ha permitido ningún acercamiento. El remite deja entrever, en el tamaño de la letra y la presión de los trazos, su personalidad dominante, fría y autoritaria. Aunque la clave, según los grafólogos está en la 'T' que marca sus apellidos y la retrata como una soñadora poco objetiva,envidiosa y de trato difícil.
Al parecer la carta íntegra pone los pelos de punta y es tan contudente que hasta su abogado, asegura, no escribirá ninguna más. ¿Será pues ésta la única vez que una controladora Rosario Porto rompa su silencio? ¿Será pues ésta su primera y última carta desde prisión? Lo cierto es que, quienes la conocen, dicen que ya no saben qué esperar.
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