Jesús, el hombre que ha confesado el asesinato de su expareja, Juana Canal, 19 años después de matarla de un golpe tras una fuerte discusión en una vivienda de Ciudad Lineal (Madrid), ha asegurado que la noche de los hechos consumió drogas y alcohol. Un argumento que no sirve para nada, según ha constatado en Más Vale Tarde el psiquiatra forense José Cabrera: "Eso no se puede demostrar 19 años después. Por ahí no hay línea de defensa".

Precisamente es el largo tiempo que ha pasado lo que va a generar grandes dificultades para inspeccionar el cadáver y conocer en profundidad las circunstancias de la muerte de Juana: "Los restos de un cuerpo enterrado en un monte, una casa; en contacto directo con la tierra, quedan muy mal. Solo quedan trocitos de hueso. Encontrar una lesión, salvo un proyectil de bala de plomo, que se ve, va a ser muy dificultoso".

"Por tanto, los forenses van a tener muy difícil concluir que ese golpe ha sido la causa de la muerte", ha proseguido explicando el psiquiatra, quien también ha en la estrategia de la Policía española para afrontar con éxito este tipo de casos: "El proceso de interrogatorio de la Policía en España es muy sofisticado. Es como cazar. Apuntas durante horas y disparas después de aún más horas. Sobre todo, hay que tener mucha paciencia".

Según el profesional forense, es necesario "hablar bien al sujeto, ponerle trampas dialécticas para que caiga en ellas y después darle toda la confianza, como si no fuera a ser pillado". Tal y como ha señalado Cabrera, esto "se enseña y se entrena en las academias de policía. Saben todo lo que tienen que hacer: como rodearle, sonreírle, hablarle. Y al final el sujeto cae en la trampa".