Son muchos los que ya han comenzado sus vacaciones de verano y utilizan el coche para desplazarse. Por eso, en este momento más que nunca, es fundamental tener en cuenta las claves que permiten ahorrar hasta un 50% del combustible.

Mario Arnaldo, presidente de Automovilistas Europeos Asociados, las ha explicado en Más Vale Tarde.

En primer lugar, resulta esencial revisar la presión de los neumáticos. "Un neumático sin la presión adecuada puede encarecer un 4% el consumo en carburante", indica Arnaldo. Para saber qué presión llevar dependiendo de la carga del vehículo se puede mirar una etiqueta que todos los coches llevan con la información al respecto. Además, este aspecto es vital de cara a la circulación segura.

Por otro lado, hay que planificar bien la ruta. Un atasco puede suponer un incremento del consumo de combustible de hasta el 12%. "Ahora mismo todos los móviles, o cualquier navegador puede dar información sobre la ruta menos congestionada y seguirla hará ahorrar tiempo al evitar trayectos inútiles", explica Arnaldo.

Respecto al equipaje, por cada 50 kilos estamos pagando en un recorrido de 500 kilómetros dos euros más, por eso es muy recomendable ser eficiente y llevar solo lo imprescindible. Al cargarlo en el maletero, el objetivo es dar estabilidad al vehículo y cargar los objetos más voluminosos en primer lugar.

En palabras del presidente de Automovilistas Europeos Asociados, "lo más recomendable es poner el equipaje más pesado lo más próximo al centro de gravedad del vehículo y aprovechar bien los huecos para que no baile".

En poblado se puede circular con las ventanillas abiertas para evitar el uso del aire acondicionado, pero en carretera sí es conveniente utilizarlo. No obstante, la temperatura cuenta mucho. "El fío no debe ser excesivo, hay que pensar en la temperatura de Canarias, 24-25 grados es la adecuada", recomienda Arnaldo.

Por último, pero no por ello menos importante, la velocidad. Circular a 120 kilómetros por hora incrementa un 3% el consumo y si es a 140 km/h, el gasto puede ser del doble. Además, el estilo de conducción influye enormemente. Debe ser una conducción suave, sin acelerones ni frenazos. Además, hay que evitar que el coche vaya forzado e intentar poner marchas largas sin que el vehículo se revolucione.