Esther Lópezdesapareció la noche del 13 de enero y no fue hasta cuatro días después, el día 17, cuando su familia denunció su desaparición. Su padre alegaba que ella nunca había desaparecido y los últimos testigos la situaban de fiesta con Óscar, el principal sospechoso, y otro amigo.

A partir de la denuncia de la ausencia de la muchacha de Traspinedo (Valladolid), la Guardia Civil comienza la búsqueda de Esther por todo el municipio. Rastrea pozos y ríos y emplea drones y perros para buscarla.

El día 23, diez días después, la Benemérita detiene a Ramón El Manitas por su vinculación con la desaparición, aunque los indicios no lo soportan.

La investigación da un vuelco el 5 de febrero cuando el cuerpo de la joven es encontrado por un senderista en un lugar que previamente había sido rastreado. Tres días después, el 8 de febrero, la Guardia Civil envió a un grupo especialista en reconstrucción de accidentes de tráfico, por lo que cobra fuerza la hipótesis de un atropello.