Las sanciones económicas internacionales impuestas a Rusia o la marcha de poderosas multinacionales como Coca-Cola o McDonald's del país buscan presionar a Vladimir Putin para que cese la guerra. Pero como apunta una ciudadana de Moscú, podrían tener incluso un efecto contrario a lo que se busca dentro del país, podría existir el riesgo de que los ciudadanos se sientan atacados y cierren filas entorno a su presidente.

Así lo ha explicado Elena Bogush, historiadora y socióloga rusa, en Más Vale Tarde. "Acorto plazo, creo que ocurre que los ciudadanos se unen a Putin, porque se han cerrado muchos canales de información alternativa, y hay mucha gente que ni siquiera quiere saber nada, son muy apolíticos", ha afirmado. Por ello, cree que por ahora "todos van a pesar que es culpa de Norteamérica y de Occidente".

Sin embargo, Bougush estima que cuando hayan transcurrido algunos meses en esta situación "la gente va a empezar a preguntarse qué es lo que ha pasado para que les castiguen de esta manera, y qué responsabilidad tienen en ello". Es posible, considera, que empiecen a cuestionarse que pasa algo en el país, "por toda la política represiva y la falsificación de las elecciones". Con todo, apunta: "Eso es un proceso a largo plazo, y sería ilusorio pensar que va a ocurrir pronto".