El almirante de Flota retirado Juan Rodríguez Garat analiza qué supondría una incursión terrestre del ejército israelí en Franja de Gaza. A su juicio, "es una aventura que de hacerse costará muchas vidas, tanto al ejército israelí como a los civiles". "Por eso Israel se resiste en general a tomar esa decisión", explica el militar, que sin embargo señala que, "dada la escala de los ataques terroristas de Hamás" en su territorio, "es difícil que el Estado israelí no se sienta en la necesidad de hacer algo más que en ocasiones anteriores".

Además, incide Rodríguez Garat, "la primera medida, que es sitiar a la Franja de Gaza, no puede durar mucho, puesto que iría contra la Convención de Ginebra". "Hay que permitir el paso de por lo menos alimentos agua medicinas, para la población civil, y de eso se beneficia Hamás también", añade.

En cuanto a los ataques aéreos, que, agrega, "hacen avisando a los edificios que van a bombardear para que puedan ser evacuados por los civiles", Rodríguez Garat señala que "también es poco eficaz, porque de la misma forma que los civiles abandonan el edificio también lo hacen los miembros de Hamás". "Por mucho que quieran, ese bombardeo de instalaciones de Hamás no puede durar mucho tiempo porque tampoco tiene tantos blancos Hamás que bombardear", continúa.

Así las cosas, el almirante considera que "la única alternativa que le queda es la entrada por tierra", una medida en la que "hay muchas escalas: pueden limitarse a ocupar las zonas menos habitadas, a sitiar las ciudades, a cercar los campos de refugiados o pueden decidir entrar en el centro de las ciudades más pobladas".

"Está el problema de los rehenes, está el problema de la población civil", advierte no obstante Rodríguez Garat, que cree que "sería un verdadero desastre desde el punto de vista militar y humanitario, pero es posible que Israel se vea forzado en esta ocasión a hacerlo".